Cataluña

Aguirre utiliza a Pla para reivindicar un Govern que se deje de «collonades»

Los servicios informativos de meteorología advirtieron de que la sensación de frío durante el día de ayer sería «intensa». Pero Esperanza Aguirre se empeñó en visitar el Castell de la Trinitat de Roses, una fortificación de la época de Carlos V, –«I para Cataluña», puntualizó la popular–, recién rehabilitado gracias a un convenio que impulsó la presidenta de la Comunidad de Madrid cuando era ministra de Cultura.

Sánchez-Camacho, Millo y Aguirre vistaron el castillo de la Trinitat de Roses
Sánchez-Camacho, Millo y Aguirre vistaron el castillo de la Trinitat de Roseslarazon

Pasó que, una vez a los pies del castillo, la temperatura era de nueve grados y Aguirre le dijo a su «amiga» Alicia Sánchez-Camacho: «Vámonos al hotel que tengo frío». En el hotel del que hablaba, también en Roses, estaba todo preparado para un «mitin exprés» del PP. Eran las 13.00 horas y Aguirre tenía que coger un vuelo a las 14.45 horas en el aeropuerto de Girona para estar en Madrid por la tarde por compromisos familiares. Pero hizo realidad el tópico de lo bueno si breve, dos veces bueno. Además, se sacó de la chistera una frase que arrancó los aplausos del centenar de simpatizantes presentes: «El que necessita Catalunya és un govern, en paraules del gran escriptor empurdanés Josep Pla, que es deixi de "collonades"».

En un discurso bilingüe, en el que intercaló el catalán con el castellano, avisó de que «Cataluña, más que nunca, necesita un gobierno liberal que confíe en los catalanes (…) que no intervenga, "ni es fiqui en la vida del ciutadans"». Como no podía ser de otra manera, para Aguirre, «el único partido realmente liberal, capaz de devolver el espíritu emprendedor a los catalanes, es el PP». «És clar i català», apostilló.

Para reforzar su afirmación, la popular habló del legado del tripartito. Que si «las cifras del paro doblan la media de la Unión Europea», que si «el prestigio internacional no tiene precedentes», además de que «la sociedad está desmoralizada».

Madrid, la nueva Cataluña
No tuvo reparos en afirmar que «Cataluña era número uno en España, hasta que la superamos nosotros», es decir, Madrid. Y añadió que la Comunidad Autónoma que preside «es la que mejor ha resistido a la crisis», porque «los madrileños se han convertido en los nuevos catalanes, han heredado su espíritu abierto y emprendedor». Aguirre dejó un halo de esperanza a los catalanes, les dijo que aún pueden cambiar las cosas votando al PP el domingo.

La presidenta de Madrid también incidió en el mensaje de Mariano Rajoy y Sánchez-Camacho de que Cataluña no necesita «aventuras independentistas», aunque le dio unas pinceladas literarias. Dijo que «Cataluña se seca si se desgaja de su tronco natural que es España».
Aguirre trajo de Madrid un sinfín de argumentos par convencer a los catalanes de lo útil que resulta votar al PP. Entre ellas, que «es el único partido capaz de reforzar los lazos con España». Además de apelar a la razón para convencer a los catalanes, en un gesto hábil, apeló a los sentimientos, el Barça. Avisó de que Cataluña necesita un gobierno «integrador» como el FC Barcelona, que ha llegado a «ser más que un club», porque «ha sabido integrar a seguidores de todo el mundo, como mi antiguo chófer», apuntó. Integrador, como ella, que subrayó que mantiene su oferta de abrir un colegio público en Madrid, el Josep Tarradellas, donde se enseñe catalán.

Sánchez-Camacho le reconoció que hizo «uno de los mejores mítines». Hasta apostó por robarle la licencia planiana: «Basta de "collonades", el tripartito ha muerto y el PP es el único capaz de garantizar bienestar y libertad a Cataluña», sentenció.