Casa Real
El Rey no estarácon Dívar en el TS por Carmen Enríquez
Nada tiene de extraño que el Rey Juan Carlos decidiera viajar anoche a Arabia Saudí para expresar hoy sus condolencias al rey Abdullah por la muerte de su hermano, el príncipe Nayef Bin Abdulaziz, designado heredero hace escasos ocho meses, después de la muerte del anterior sucesor, el príncipe Sultán. Nayef falleció en una clínica suiza en la que se encontraba internado a la nada despreciable edad de 78 años, cifra muy similar a la del actual monarca saudí, que cuenta 89 años y que se encuentra tan delicado de salud que apenas puede ejercer su tarea de jefe del Estado de la monarquía musulmana más integrista de todo el planeta.
La amistad fraternal que mantiene Don Juan Carlos con la familia real saudí, cuyos reyes son los custodios de las dos mezquitas –La Meca y Medina– y los guardianes de la ortodoxia islámica, ha ido afianzando sus vínculos durante los años de reinado del monarca español, hasta el punto de que España se ha convertido en un socio preferente a nivel empresarial de los saudíes, cuya riqueza sigue en expansión. Los lazos de amistad entre las dos familias reales han sido enormemente fructíferas en el terreno económico, ejemplo reciente de lo cual es el contrato adjudicado a un consorcio empresarial español para construir el tren de alta velocidad que unirá Medina con La Meca.
Por todo ello, era obligado que un representante del más alto nivel de la Monarquía española se desplazara a Arabia, primero a Taif, para dar el pésame al rey Abdullah, y luego a Yeda, para expresar sus condolencias también al que será el próximo heredero, el príncipe Salman. Entre otras cosas, porque Salman es el actual hombre fuerte del Gobierno de Riad y ministro de Defensa, y recientemente visitó Madrid, donde fue recibido por Don Juan Carlos.
Pero el viaje relámpago del Rey tiene, casualmente, una consecuencia más que no vendrá nada mal al monarca. Don Juan Carlos no podrá asistir a los actos del Bicentenario del Tribunal Supremo y le evitará aparecer al lado de su aún presidente, Carlos Dívar, quien tiene, según todos los indicios, las horas contadas al frente del Alto Tribunal y del Consejo General del Poder Judicial.
Después del anuncio del sábado de que Dívar finalmente presidiría la celebración programada por los 200 años de la creación del Supremo, habían surgido comentarios que consideraban inoportuna la aparición pública del jefe del Estado junto a una persona tan tocada políticamente. La ausencia del Rey ha hecho que sea el Príncipe el que sustituya a su padre y evite la imagen del monarca junto a un Presidente del órgano de administración de los jueces al que le quedan horas.
Carmen Enríquez
Periodista y escritora
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