Castilla y León
Los votos del granero
Los 1.537.558 ciudadanos de Castilla y León que el domingo fueron a votar, el 75,05 por ciento del censo, han dado una buena lección de mayoría de edad democrática. Ahora, cuando la crisis ha visitado a muchas familias, es precisamente cuando más se necesita que los pilares y vigas del Estado de Derecho no se desdibujen ni adulteren.
El dato de que la abstención sólo ha subido 2,61 puntos en la Comunidad Autónoma con respecto a las elecciones generales de 2008, a pesar de la que está cayendo, constituye en sí mismo una buena lección de ciudadanía, al igual que el descenso en votos nulos (la mitad) y en blanco (casi un tercio).
Eso significa que la gente no pasa de todo y pide a gritos que los políticos trabajen para ofrecer soluciones a sus principales problemas, a sabiendas de que el gran ganador, Mariano Rajoy, no puede conseguir milagros ni aunque vaya a Lourdes y mucho menos si –como es su obligación- viaja a Berlín para despachar con Ángela Mekel, especialista en química cuántica de formación pero, sobre todo, en conseguir que Alemania viva divinamente a costa de la deuda de los miembros de la UE en apuros.
Los resultados logrados por el Partido Popular en su granero de Castilla y León, nada más y nada menos que 840.185 votos al Congreso y 21 diputados, además de 27 senadores, obligan a los dirigentes autonómicos de este partido a velar ante el nuevo Gobierno de España por los intereses de los ciudadanos de Comunidad Autónoma y a ser los primeros en reivindicar soluciones dignas y razonables si la situación lo demanda.
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