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Acuerdo de última hora para prorrogar los fondos del Gobierno federal

El Congreso de EEUU aha aprobado una resolución de última hora para prorrogar durante una semana los fondos del Gobierno federal, apenas una hora antes de que se cumpliera el plazo que habría paralizado la Administración por primera vez en 15 años.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, anunció un acuerdo que aplazará los fondos actuales para financiar las actividades de las agencias federales hasta el próximo jueves a medianoche, plazo en el que ambos partidos esperan haber aprobado un presupuesto para el resto del año fiscal 2011
 

«Sólo hay una razón para que no tengamos un acuerdo aún y esa cuestión es el gasto», subrayaba ayer por su parte el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, en declaraciones a la Prensa. «Estamos cerca de una solución en lo que se refiere a las cuestiones políticas», precisó.

La Casa Blanca y el Congreso trabajaban anoche contra reloj, con su medianoche como hora límite, para desbloquear las negociaciones sobre el Presupuesto y evitar la paralización de la Administración, que afectaría a cientos de miles de funcionarios. Al cierre de esta edición, persistían los escollos.

El presidente Barack Obama conversó ayer por teléfono con Boehner y con el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, para supervisar el desarrollo de las negociaciones, informó la Casa Blanca. «Las conversaciones entre los líderes del Congreso y la Casa Blanca continúan para intentar llegar a un acuerdo presupuestario», expresó el portavoz presidencial, Jay Carney, en un comunicado.

Obama incluso canceló una visita que tenía prevista a Indiana para seguir el desarrollo de las conversaciones, después de haberse reunido en cuatro ocasiones en tres días con Reid y Boehner. Aunque el jueves los equipos negociadores republicano y demócrata informaron de una cierta aproximación de posturas, ambas partes declararon que persisten los desacuerdos.

Según los demócratas, se ha alcanzado un consenso en uno de los principales desacuerdos –los recortes presupuestarios a aplicar– y la principal diferencia ahora es la asignación de fondos federales a los centros de planificación familiar «Planned Parenthood», que los republicanos rechazan por cuestiones políticas.

Reid acusó ayer a los republicanos de arriesgarse a una paralización del Gobierno para dificultar que «las mujeres puedan someterse a exámenes de prevención del cáncer».
Por su parte, Boehner insistió en que las diferencias continúan situándose en torno a los recortes de impuestos. En declaraciones recogidas por Efe, Boehner aseguró que «no vamos a doblegarnos y dejar vendido al pueblo estadounidense, como ha ocurrido en otras ocasiones», pero afirmó que su «intención es mantener abierto el Gobierno. No tenemos ningún interés en que se produzca una paralización».

El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, quiso lanzar un mensaje de moderado optimismo al declarar que «no son asuntos irresolubles». Los demócratas han propuesto recortes de 33.000 millones de dólares para hacer frente al déficit presupuestario de EE UU, que rondará este año fiscal los 1,5 billones de dólares. Los republicanos, por su parte, exigen en torno a los 60.000 millones de dólares en recortes.

El Congreso no ha aprobado aún un presupuesto para el año fiscal corriente, del que restan sólo seis meses, y hasta ahora el Gobierno federal ha visto cubiertos sus gastos mediante prórrogas puntuales del presupuesto del año fiscal anterior. Si no se llega a un acuerdo, durante la medianoche se agotará el dinero asignado para el funcionamiento de muchas de las oficinas del Gobierno, que se verían obligadas a cerrar sus puertas.

Ante la perspectiva de que no se llegue a un acuerdo, el Gobierno ya ha puesto en marcha los preparativos para la posible paralización de la Administración, que dejaría en el dique seco a unos 800.000 funcionarios federales.

Periodo de paralización
Entre otras cosas, la Casa Blanca advirtió de que el Servicio de Hacienda interrumpiría las devoluciones de impuestos por correo y los funcionarios federales se quedarían sin cobrar. Servicios como la expedición de pasaportes también se verían interrumpidos y sólo se emitirían aquellos de estricta urgencia.

Los ciudadanos extranjeros también se verían afectados, pues durante el periodo de paralización también se dejarían de expedir visados para entrar en Estados Unidos. Sí están garantizados los servicios considerados imprescindibles «para defender la vida y la propiedad». Las Fuerzas Armadas y los cuerpos de Policía, por tanto, seguirían funcionando, aunque sus integrantes verían aplazado el cobro de sus salarios.


EE UU: nuevo mapa militar en Europa
Barack Obama tenía previsto anunciar ayer la remodelación del despliegue militar norteamericano en Europa, según avanzó a un grupo de periodistas europeos, a través de una videoconferencia, un portavoz estadounidense en la OTAN. Aunque el funcionario no avanzó demasiados detalles, a la espera de que lo hiciera el presidente, sí que confirmó que el número de soldados desplegados seguiría estando en torno a 80.000. La novedad se centraría en dónde quedarían desplegadas las diferentes unidades de EE UU, y para ello se tendrían en cuenta, fundamentalmente, los planes para desplegar el nuevo escudo antimisiles.

Obama se mira en el espejo de Clinton en 1995
En 1995, tanto demócratas como republicanos jugaron con los beneficios electorales que podría reportarles el desacuerdo sobre el presupuesto. En apenas doce meses, Bill Clinton tendría que luchar por su reelección, y las encuestas –como ahora con Obama– no le eran favorables. Sin embargo, Clinton tenía algo a su favor: el paro no llegaba, ni de lejos, a los niveles que ha alcanzado durante el mandato del actual presidente. Otro factor contra Obama es que en el actual equipo negociador republicano no hay ningún candidato a la presidencia de EE UU. En ese momento, Bob Dole –que finalmente fue derrotado por Clinton– necesitaba ganar la nominación de su partido y por ello tuvo que apoyar las propuestas de los republicanos más duros. El cierre le acabó pasando factura.