
Murcia
María Campillo: «Mi forma de vida consiste en trabajar para los demás a cambio de nada»

Murcia- Cercana, tranquila, llena de vitalidad y muy generosa. Son algunos de los muchos adjetivos que podrían describir a María Campillo, la madre fundadora y superiora general de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia. Además, hace pocos días ganó el Premio al Mayor 2010.
-¿Cómo se siente tras haber conseguido el Premio al Mayor 2010?
-Fue una sorpresa, porque no lo conocía y no lo esperaba. Mi costumbre y mi forma de vivir es trabajar a cambio de nada. El premio que he recibido era recíproco, porque lo que yo he hecho ha sido apoyado por personas que estaban allí presentes en la recogida del premio y otras muchas que no estaban. Por eso, el homenaje no es mío, es de todos y para todos. Yo habré sido la guía o la iniciadora. Pienso que tenemos que sentir todos la necesidad y la satisfacción de que el Señor nos ha dado unos valores y podemos ayudar a otros.
-Lleva usted muchos años trabajando para las personas mayores y para la guardería…
-Llevo trabajando desde que tenía 7 años, ahora tengo 81. Pronto empecé a ver las necesidades de la vida, teníamos obreros y me daba cuenta de las necesidades de ellos, no sólo económicas, sino también laborales. Hubo una época en la que los obreros temporales de la huerta se ponían enfermos y no tenían seguros agrícolas, no tenían paga y nadie se hacía cargo de ellos. Entonces venían a mí porque yo me hice un seguro de este tipo para ayudarlos. Tanto es así, que un día vino un inspector de la Caja Nacional a visitarme para preguntarme si todos los obreros de la zona eran míos. Le dije que mientras que el gobierno no arreglara la situación yo seguiría firmando a quien venga. Considero que esta fue una de las labores que más feliz me ha hecho.
-El consejero de Política Social Joaquín Bascuñana estuvo en el Hogar de Nazaret hace unos días, ¿Qué tal fue su visita?
-El consejero me ofreció la oportunidad de venir a verme porque ya lo habíamos hablado hace tiempo, pero como está tan ocupado, no había podido ser hasta hace poco. Me llamo esa misma semana y me comunicó que vendría. El consejero cumplió la promesa que me hizo. Para mí no son extraños. Es una alegría que viniera porque compartimos cosas importantes que yo nunca podría hacer sola y espero que podamos, a pesar de lo revueltas que están las cosas, conseguir algo en favor de la gente que lo va necesitando.
-¿Cuántos residentes componen la residencia?
-Son 80 residentes y hemos conseguido darles trabajo a 45 hombres y mujeres, que para mí es un orgullo. La atención que queremos prestar, cada día queremos hacerla mejor, pero aún me siento más contenta cuando veo que están felices trabajando aquí los empleados, aunque no lo diga siempre.
-¿Cuántas hermanas son en la casa?
-Ahora mismo somos diez hermanas en la casa. También hay otras en África y tenemos una escuela infantil en Roldán que nos dio el Ayuntamiento. Mi interés es abarcar de una parte del mundo a otra, cosa que es más importante que el dinero y la familia, aunque la quiera mucho. Lo siento así y por eso tomé este camino, a pesar de todas las dificultades que he pasado. Tenía un hermano inválido que murió hace cinco años y lo conseguí llevar todo adelante, aunque mi vida haya sido muy dura no me quejo, estoy agradecida a la vida dura que se me ha ofrecido y el Señor ha permitido.
-Y ¿qué me puede contar acerca de los niños?
-Los niños fueron la primera labor que yo emprendí cuando decidí comenzar esta casa. Yo trabajaba con chicos y chicas jóvenes porque me gustaba y la labor es muy importante, todo el mundo criticaba y pocos echaban el hombro pero me metí a trabajar en todo tipo de formación con los jóvenes. También organizaba excursiones para ayudarlos. El autocar siempre era de los más grandes y siempre me faltaba espacio. Un día que iba gente de más en el autobús nos paró la Policía pero no nos multó aunque me dijo que no lo hiciera más. Los jóvenes siguen teniendo para mí los mismos valores, porque los da Dios a cada persona, y cuando veo a un joven y puedo llego a él, me explica y le busco un trabajo y nos hacemos amigos.
-En esta época en la que todo el mundo habla de crisis ¿ustedes también lo han notado?
-La crisis siempre la he notado, he vivido siempre en crisis pero nunca he tenido dinero y nunca he parado de hacer cosas. Cuando ha venido esta crisis general, en cierto modo, claro que lo notamos y para llevarlo adelante a veces se hace duro. Pero no tengo miedo, tengo la idea clara, donde el Señor me llama atender a alguien o a personas allí estaré yo fielmente. Resulta que para mí la crisis la he vivido siempre, pero no es tan grande. Económicamente no tenemos la residencia como un negocio, es puramente por el mismo ideal que me ha movido todo lo que aquí he explicado, hacer el bien. La crisis la llevo, yo miré el objetivo y dije voy por él. Que debemos dinero es cierto y bastante, que la gente me ayuda y lo seguirá haciendo pues también es cierto. Por eso dije que el homenaje no me pertenece a mí.
¿Cómo se explica trabajar para los demás y no en uno mismo?
Llevo desde los 12 o 13 años trabajando para la gente. Era una cosa que me arrastraba. Yo tenía una ilusión, era tener un amigo para ayudar a otros amigos. Era un ideal que habitaba dentro de mí ser. Mirar a las necesidades de los demás es una aspiración.
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