Historia

Asturias

Múgica muy superior

La Razón
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Hace falta tener cara. Además, indocumentado. Lo primero, porque personas como Enrique Múgica Herzog lucharon para que el personaje al que me refiero, el conseller catalán de Innovación, José Huguet (ERC), pueda expresarse libremente, incluso de forma anticonstitucional. Así lo hizo al llamar falangista y antidemócrata a quien ha ocupado con gran dignidad la institución de Defensor del Pueblo. Y lo segundo, analfabeto político, porque este donostiarra de profundas convicciones ya había sido relevado del cargo desde primero de julio por María Luisa Cava. Huguet, desde su radicalismo intransigente, no quiere enterarse de que Múgica inició su actividad política desde la Universidad, cuando la militancia clandestina contra la Dictadura se pagaba con la cárcel. Desconozco por dónde andaba el tal Huguet en la década de los 50 y 60, cuando el Régimen ponía a Múgica entre rejas con frecuencia. Las palabras revelan el carácter talibán de quien las pronuncia, no sólo por lo injustas hacia un gran demócrata sino porque descubren a alguien que sólo acepta las leyes si le son favorables. Si el Tribunal Constitucional falla contra sus intereses, sus magistrados merecen la descalificación. La ley del embudo es su filosofía. Tenía a los catalanes por más sabios, más vanguardistas. Por cierto, cuenta mi amigo Rogelio que, mientras el sultán marroquí humilla a nuestras policías y a España, Rubalcaba disfrutaba el miércoles de una buena mariscada junto a Jaime Lissavetzky, allá por Asturias. Espero que el cónclave no se parezca a aquel que protagonizaron en Andalucía el entonces ministro Bermejo, Garzón, el jefe de la Policía judicial y alguna fiscal. Por si acaso, Gallardón haría bien en guardarse las espaldas. Así es la vida.