Ideología de género: al servicio de la cultura de la muerte

MADRID- Los obispos españoles presentaron ayer «La verdad del amor humano», un documento en el que han trabajado durante más de un año y medio y que ha pasado tres veces por su Asamblea Plenaria. Se trata, pues, de una propuesta muy trabajada que elogia el amor entre el esposo y la esposa, alaba las maravillas del cuerpo humano y de la sexualidad creada por Dios y lamenta a continuación las leyes españolas que dañan a la familia y el matrimonio. No se limita a la teoría, sino que llama a la acción de los católicos, a los que anima a asociarse y defender la familia, formar para el amor, apoyar los centros de orientación familiar y otras entidades similares.

PARTIDOS «Renovamos nuestra llamada a los políticos para que asuman su responsabilidad. La recta razón exige que en esta materia tan decisiva todos actúen de acuerdo con su conciencia más allá de cualquier disciplina de partido. Nadie puede refrendar con su voto leyes como las vigentes que dañan tan gravemente las estructuras básicas de la sociedad», afirma el documento en su párrafo 113.

MATRIMONIO «Las leyes vigentes en España no reconocen ni protegen al matrimonio en su especificidad. Asistimos a la destrucción del matrimonio por vía legal», dice el párrafo 111. El portavoz de la Conferencia Episcopal, el obispo Juan Antonio Martínez Camino, lo explicó así, resumiendo el párrafo 109: «España ha dejado de tener esposos y esposas, según la ley; los españoles han de inscribirse en el Registro Civil como "cónyuge A"o "cónyuge B"».

IDEOLOGÍA El documento analiza con detalle la «ideología de género», que «se presenta como una teoría científica», y que presenta el sexo como un objeto más de consumo, valorando sólo «la mera utilidad o la simple satisfacción». Esta ideología utiliza la manipulación del lenguaje (llamar familia a cosas que no lo son, eliminar palabras como «padre» y «madre», etc...) y se difunde a través de la educación obligatoria adoctrinando a todos los niños a través de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y de la educación sexual que reclama la Ley del aborto de 2010.

CRISIS «Las familias numerosas no pueden verse gravadas por falta de ayudas de los poderes públicos», afirma el documento. También cita el discurso del Papa en Barcelona en el que pedía «adecuadas medidas económicas y sociales» y «apoyo decidido» a la familia. ¿Puede el Estado esperar a que termine la crisis económica para dar esas ayudas?, pregunta LA RAZÓN a Martínez Camino. «Espero que no», responde. «Como la visión de la familia está mal enfocada, aunque se resuelva la crisis, las ayudas estarán mal enfocadas. El maltrato de la familia es un elemento de la crisis. Lo dice Benedicto XVI en "Caritas in veritate"», responde el obispo. Y añade: «La familia es más importante que las finanzas, porque ¿para qué queremos finanzas si no tenemos familia?»

AMOR El documento y el portavoz episcopal se remiten al amor verdadero y lo definen: «es comprometido, no es "usar y tirar"; implica compartir la vida; es fiel; es exclusivo; es fecundo; implica fidelidad para siempre. Estas condiciones van juntas: si falta una, se falsea todo», señaló el obispo.

«Una política más justa»
«La Iglesia pide que se atienda a la familia porque lo que está en cuestión no es marginal, no son manías del clero sobre el sexo ni se trata de amargar a la gente, sino que se busca hacerla feliz», detalló el obispo Martínez Camino al presentar el texto. Además, afirmó que «esperamos de este Gobierno y de cualquier otro una política familiar más justa y que se decida a romper clichés individualistas, que hacen un daño social tremendo. Los gobiernos tienen un gran desafío, pero la Iglesia está dispuesta a ayudar: educando, con asociaciones y con documentos».
 

En primera persona
«Falta mucha comunicación»
La Iglesia ayuda a las familias a través de distintas realidades: Centros de Orientación Familiar (COF), Institutos de Bioética, etc. En uno de estos centros trabaja Amaya Azcona, portavoz del Foro Español de la Familia y colaboradora del COF de Getafe, donde orientan «a las familias para solucionar sus problemas». «La Iglesia es la máxima defensora de la familia, como el lugar para la defensa de la vida y el desarrollo de la persona», asegura Azcona. «Tenemos muchos casos de falta de comunicación, de inmadurez, de desequilibrio en la relación de poder, de tensiones por la gestión del tiempo o del dinero, de transmisión de valores a los hijos. Para solucionar los problemas acompañamos a las familias, iluminando y orientando, humana y espiritualmente. Ayudamos a todos», afirma Amaya, quien también es madre de 7 hijos y tiene un Máster en Matrimonio y Familia.