Conciertos
Una victoria moral en Benicàssim
Pese a coincidir con Bob Dylan en horario y actuar en un escenario secundario, Django Django bordan su actuación
El suyo es uno de los discos del año. Y en la segunda jornada del FIB se enfrentaban a la reválida de presentarlo en directo y convencer. Django Django tenían una prueba difícil, actuar casi a la misma hora que Bob Dylan y en el tercer escenario del Festival. Pero los obstáculos dan más brillo a las victorias, y los de Edimburgo se sobrepusieron con una sesión impecable y un ramillete de buenas canciones. Habían perdido frente al de Minessotta pero se marcharon con el orgullo de jugar mejor que nunca. Y con enorme elegancia.
Estilo pegadizo y bailable
Lo suyo es una clase de pop que combina elementos experimentales para hacer canciones clásicas, retomando elementos del rock and roll a partir de sonidos muy personales. Esta cuadrilla se conoció en la escuela de arte de la capital escocesa y eso se nota. El resultado no es inaccesible, sino canciones pop pegadizas con melodías marcadas y estribillos bailables. Desgranaron su álbum homónimo ante tanta gente que probaron que merecían una ubicación mejor, y fue un concierto de guitarras y de empatía con el público, incluido un capotazo final acerca del honor que fue para ellos coincidir con Dylan en horario. Incluso preguntaron al público «¿qué tal ha estado el concierto?» cuando la última marea humana entró en el Fibclub. Dejaron de lado su faceta más electrónica, pues pueden hacerlo porque el suyo es un pop de caretas. Y fueron sacando temas abrumadores como «Hand of a Man» y «Wor», canciones indiscutibles que hacen dudar a los que les califican del penúltimo grupo de moda que será pronto olvidado.
Resultó algo desalentador ver el escenario principal más lleno para la actuación de The Macabees que para la precedente, la del propio Dylan, pero así son las cosas. Se notaba la popularidad local del quinteto británico entre los que habían llegado a Castellón con paquete «low cost». Temas facilones y, en general, planos pero efectivos. Bombay Bicicle Club subieron el listón de la calidad gracias al repertorio de su notable último álbum, «A Different Kind of Fix», aunque sin llegar a emocionar. El orgullo nacional quedó salvado por dos buenas actuaciones, las de Joe Crepúsculo y La Habitación Roja, que han subido varios peldaños con el último disco «Fue Eléctrico». El dj francés Sebastian inauguró la hora de los beats opositando a la presidencia francesa, como anunciaba en las pantallas durante su sesión.
Más tarde llegó la reconciliación del festival con los sonidos de club, el techno más ortodoxo que practica Óscar Mulero, y que hizo gastar suela al respetable hasta que la noche se terminó. La verdad es que su actuación era bastante esperada y dejó la pista caliente para la buena sesión de Viktor Flores y un cierre apoteósico con «How Deep is Your Love» de The Rapture, a prueba contra el cansancio.
Los de la colina
Es un clásico de Benicàssim que a las colinas que rodean el escenario principal se arrimen los residentes a ver los conciertos «de gorra». Ayer, la organización tuvo un gesto en el sentido estricto de la palabra para ellos. Tras el concierto de Bob Dylan, un animador hizo un discurso sobre medidas de seguridad. A continuación, otro, en inglés y con mucho cachondeo, invitó a todo el mundo a darse la vuelta y enseñar a los habitantes de la colina el dedo corazón.
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