Audiencia Nacional
Nueve folios
Una de cal y otra de arena para quienes pretenden que se haga la luz o se tape lo sucedido el 4 de mayo de 2006 en el bar Faisan, ubicado en el paso fronterizo de Behobia (Irún). Por eso ha sido recibida de diferente manera la decisión del juez Ruz de no llamar a declarar a Camacho, pese a ser el propietario del número de uno de los móviles presuntamente utilizados para llevar a cabo la delación que frustró la operación contra el aparato de extorsión de ETA. El magistrado cree que su declaración no es determinante, lo que le ha servido a Rubalcaba para determinar que le calumniaron quienes insinuaron su implicación en el caso, por lo que les exige que pidan disculpas. Sin embargo, el auto de Ruz no es sinónimo de inocencia como se ha apresurado a dar a entender el ministro plenipotenciario. Por el contrario, DyJ que ejerce la acusación popular, cree urgente que se levante el secreto de sumario sobre nueve de los 645 folios enviados por la juez francesa Le Vert que, presumiblemente, aclararán el papel que jugo cada uno en el chivatazo.
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