Barcelona

Montilla:«Evitemos que gane la derecha Pásalo»

El PSC se centra en movilizar a los abstencionistas para girar las encuestas

Montilla y Chacón celebraron el último acto de campaña en la sala Razzmatazz de Barcelona
Montilla y Chacón celebraron el último acto de campaña en la sala Razzmatazz de Barcelonalarazon

BARCELONA- En persona, a través de los medios de comunicación, por e-mail, y por teléfono. José Montilla empleó ayer todos los instrumentos a su alcance para pedir el voto en el día final de campaña. El líder del PSC exprimió a fondo la última jornada electoral en busca de una sorpresa este domingo que nadie intuye, ni tan siquiera vagamente. Montilla inició su acción de propaganda a las 7.00 horas en unos talleres de Seat pidiendo el apoyo de la clase obrera y acabó al filo de la medianoche en la sala Razzmatazz de Barcelona.
El ingente esfuerzo que ayer realizó el candidato socialista le llevó a la Zona Franca de Barcelona, a Vilafranca del Penedès, a Sant Pere de Ribes, al barrio de San Cosme de El Prat y, finalmente, al Poblenou de Barcelona. También tuvo tiempo para conceder hasta cuatro entrevistas radiofónicas y para comunicarse con sus afiliados mediante SMS y mail. «Todos a votar para combatir la crisis, por la justicia social y por el entendimiento entre Cataluña y España. Evitemos que gane la derecha. ¡Pásalo!», decía el mensaje masivo que circuló entre la militancia socialista.
Este SMS comenzó a circular por la tarde. Antes, mucho antes, Montilla buscaba el apoyo de los trabajadores. Todavía no había amanecido cuando Montilla llegó a la Zona Franca para dirigirse a los empleados: «Los trabajadores lo que tenemos es nuestro voto, no tenemos más patrimonio que este, pero este voto puede hacer cambiar las cosas».
Lanzado el mensaje, el candidato socialista emprendió el camino a Vilafranca del Penedès. Allí protagonizó otro de los mitins-relámpago que han caracterizado su campaña. «Cuanta más gente acuda a votar y más participación haya, más legitimación tendrá el Parlament que salga y el gobierno que salga», afirmó. Y añadió: «Os pido vuestra ayuda para conseguir una alta participación y la victoria estoy seguro que se producirá».
Apoyo de la clase obrera –inclusive la que sufre el drama del parto– y alta participación. Ésta es la fórmula del éxito para el líder del PSC, la que ha perseguido a lo largo de las últimas semanas, aparentemente sin mucha fortuna. Pero Montilla continuó con su empeño.
En su siguiente acto, combatió la supuesta superioridad que CiU se arroga en la contienda electoral. «Los que intentan dar la imagen de que la derecha ha ganado las elecciones se equivocan y menosprecian la voluntad de la gente», advirtió. Luego, fue él quien se adjudicó la victoria: «Ganaremos a las encuestas y ganaremos las elecciones. Espero hacerlo con vuestra colaboración».
Ciertamente, Montilla ha tenido que hacer un esfuerzo titánico para convencer a los suyos de que la sorpresa era posible, a pesar de darse de bruces con encuestas que auguran que CiU obtendrá el doble de votos que el PSC.
Toda la organización del partido ha atendido el llamamiento del líder de realizar un esfuerzo «sin precedentes». Más de 1.000 equipos del PSC han buscado el voto puerta a puerta para alcanzar a 200.000 personas.
La suerte electoral está practicamente echada, pero los socialistas seguían gritando ayer en Razzmatazz que la derecha «no pasará». Montilla se prestó a botar ante la juventud socialista y reclamó a sus muchachos que este domingo den una «lección democrática a la prepotencia».