Bruselas

Pedro Morenés: «El patriotismo es un imperativo categórico»

«Cambiaremos todo lo que no esté en la línea de la operatividad». «En la OTAN fue muy recibido el compromiso de España con la defensa antimisiles»Artículos: «El valor ante la crisis de valores» del almirante Fernando García Sánchez (JEMAD); y del general José Antonio García González (ex JEME) , almirante Ángel Tafalla, general Carlos Gabari , capitán López de Anca y teniente Agustín Gras

Pedro Morenés: «El patriotismo es un imperativo categórico»
Pedro Morenés: «El patriotismo es un imperativo categórico»larazon

MADRID- ¿Cómo se ha encontrado el Ministerio?
–Estuve aquí del 96 al 2000 y dejé un Ministerio de Defensa algo distinto. Se ha legislado mucho en los últimos años. Desde el punto de vista operativo también se ha avanzado en la comprensión de la acción conjunta de las Fuerzas Armadas (FAS) y en la acción combinada, en la relación de éstas con otras Fuerzas Armadas y de los ejércitos y la Armada entre ellos mismos. Ha habido asimismo una importantísima proyección de la acción de Defensa fuera de nuestras fronteras que ha marcado a esta casa, que ha generado doctrina y práctica operativa importante, y eso es lo que quizá más ha cambiado.

– ¿Y económicamente?
– En el 96 cogimos una situación económica dramática en este Ministerio que habían vivido ya los ministros García Vargas y Suárez Pertierra. Del 96 al 99 tuvimos unas dificultades presupuestarias enormes vinculadas al proyecto de nuestra incorporación al Euro y al tratado de Maastricht. Eso marcó la actividad de la Secretaría de Estado y del Ministerio. La crisis del 96 no tuvo el alcance de esta, que ha llevado a unos decrecimientos de presupuesto en los últimos años que ponen a España en el 0,66 por ciento del PIB en esfuerzo en Defensa, y eso es una situación realmente preocupante, porque estamos al nivel de países como Luxemburgo.

– Se ha encontrado con una deuda importante...
– Esa deuda no la teníamos entonces.Y yo me resisto a llamarla deuda de Defensa porque es una inversión que ha hecho el Estado no sólo en Defensa, sino en potenciar la industria, por lo que es una política de Estado, del conjunto de la Administración central. En la narrativa de lo que es la situación económica de la Defensa se habla de la deuda de defensa, y de esos dineros que están vinculados a programas industriales relacionados con esta política, este departamento recibe una parte, Hacienda recibe otra a través del impuesto de sociedades, del IRPF y del IVA, y la sociedad recibe puestos de trabajo de altísima cualificación que además redundan en el PIB con una capacidad multiplicadora. Cada euro que se invierte en Defensa genera en la sociedad 1,26 euros de recursos. Yo rogaría por tanto que cuando se habla de la deuda de Defensa se diga que no es la deuda de Defensa, o no es sólo la deuda de Defensa, sino una inversión que se ha hecho a lo largo de los últimos 16 años para potenciar una actividad industrial y económica transcendental para España, ahora que España necesita cambiar su modelo productivo y convertirlo en una economía del conocimiento.

– Esta situación va a generar una serie de ajustes. Alemania y EE UU han acometido reducciones que han afectado a buena parte de la estructura de Defensa. ¿España va a seguir ese camino?
– El presupuesto en los últimos años ha sido ajustado dramáticamente, así que, por decirlo de alguna manera, el ajuste en Defensa ya se ha hecho. Dicho eso, el Ministerio es solidario con la política del Gobierno, y esa solidaridad la comparten también los propios militares. Este Ministerio hará todos los esfuerzos que tenga que hacer para que esa solidaridad redunde en lograr los objetivos de crecimiento y creación de empleo. ¿Cómo afecta eso a la estructura de la defensa? Vamos a buscar la mayor eficiencia en lo que estamos haciendo. Lo primero es reducir la estructura del Ministerio. Ya hemos quitado alguna dirección general y vamos a seguir avanzando en la reducción de la estructura administrativa en aras de una gestión eficiente y eficaz de los recursos. Vamos a ver cómo gestionamos mejor los recursos que tenemos y a las Fuerzas Armadas les vamos a pedir lo mismo: operatividad, operatividad y operatividad y todo lo que no esté en esa línea o en la gestión eficiente de los recursos lo vamos a cambiar; si está muy lejano a ese objetivo lo vamos a suprimir, y si son instrumentos necesarios para lograr una mayor eficiencia lo potenciaremos. Lo vamos a revisar todo, todos los organismos, órganos, actividades que hoy cuelgan del Ministerio tienen que atender a los objetivos de eficacia, eficiencia y operatividad.

– ¿Cabe la reducción de personal o de instalaciones?
– Caben las tres posibilidades: reducción de personal, de instalaciones y una conjunta o mixta. No descarto ninguna acción que pueda servir a los tres objetivos antes citados. En eso voy a pedir el compromiso de las Fuerzas Armadas, y sé que lo tengo. Son desde hace muchísimos años solidarias con los problemas que padece España, no hay que enseñarles nada en capacidad de sacrificio ante el interés general de España.

– ¿El presupuesto va a caer más?
– Tenemos que hacer ahora el presupuesto nuevo para 2012, que se aprobará el 30 de marzo. Veremos en qué nivel económico vamos a estar, pero lo que es evidente es que en el que estemos vamos a hacer un análisis riguroso, sincero, de qué podemos hacer con lo que tenemos. En función de eso, a la Defensa y las FAS se les podrá exigir un tipo u otro de esfuerzo. Las FAS tienen una misión que está en la Constitución y obliga a todos, desde el Gobierno hasta los ciudadanos. De ahí se va a derivar una directiva de Defensa Nacional que tiene que establecer unos objetivos y todo el mundo tiene que ser muy consciente de que a un instrumento se le pueden pedir unas capacidades y no otras. Lo que nos comprometemos es a que con lo que tengamos vamos a ser eficaces, eficientes y operativos. Pero eso lleva a una suma. Si la suma es diez y nos piden quince, haremos diez. A pesar del espíritu de entrega y de sacrificio de los militares, todo tiene el límite de la razonabilidad y el sentido común. Tenemos que circunscribirnos a la realidad y esa realidad exige un ejercicio de rigor en el análisis, de valentía en la ejecución de las políticas que se decidan y de sinceridad ante quienes nos pregunten qué se puede hacer con las FAS. Es muy importante recalcar que por debajo de un cierto nivel de operatividad, de capacidades, se pone en serio riesgo la seguridad en España, y eso no es admisible y el presidente es consciente de esto.

– En su comparecencia citaba dos iniciativas: «Pooling and Sharing» de la UE y «Smart Defense» de la OTAN, que hablan de compartir capacidades y esfuerzos entre los aliados. ¿Qué aportamos a esas iniciativas?
– En una situación restrictiva que afecta a todas las economías occidentales, si se comparten objetivos políticos como la libertad, la democracia, el Estado de Derecho, el mercado como generador de riqueza, los derechos humanos, se comparte lo esencial. Pero también subyace la necesidad de que las acciones que comparten países con esos objetivos sean lo más eficaces posibles. España se cree esos mecanismos, necesita esos mecanismos y va a participar en determinadas iniciativas vinculadas al «Smart Defense». ¿En cuáles? Lo estamos estudiando. Sabemos que es indispensable pero también que es difícil, porque en programas comunes donde uno recibe capacidades para problemas unilaterales siempre te queda la duda de qué pasará en el momento en que necesites esas capacidades y cuál será la respuesta de los organismos internacionales.

– ¿No supone perder alguna capacidad propia?
– No, se abre camino en la participación de programas de altísimo nivel, que con los presupuestos que manejan los países actualmente es poco menos que imposible. Lo que sí supone es una cesión de soberanía, como hemos hecho con la moneda. A la hora de tomar decisiones, se toman en conjunto en función de un concepto de la seguridad nacional compartido. Cuando un asunto pueda afectar a un país, a los otros les puede preocupar en función de sus intereses y por eso se va a esos organismos. La única seguridad de que eso va a funcionar son las normas de funcionamiento de la OTAN y la UE y el compartir esos ideales y esos intereses. Es un camino hacia lograr entidades más poderosas que lo que hoy significan los países que formas esas entidades.

– También hablaba de que Defensa es sociedad y llamaba a crear una conciencia de Defensa. ¿No la tenemos en España?
– Creo que no. En los últimos dos siglos no se ha explicado bien en España que la acción exterior de un estado es esencial para su consolidación interna, política, económica y social y para la generación de riqueza y bienestar. La acción de la defensa es uno de los instrumentos que tiene la acción exterior para fortalecer esa política. Esa vinculación de Defensa y acción exterior sólo se ha empezado a ver en los últimos años, cuando hemos comprometido nuestros hombres y mujeres y nuestros recursos económicos en solidarizarnos y participar en acciones de alto estatus internacional, que han supuesto un reconocimiento de nuestra condición de nación comprometida. Eso se refleja por ejemplo cuando pasamos una crisis de credibilidad económica y política. Esa política de Defensa y acción exterior hace que se sostenga el edificio de credibilidad de España de manera especial. Eso que a mí me parece diáfano, a muchas personas no, y no por una actitud en contra sino por desconocimiento. Hay una obligación, no sólo de este Ministerio, sino del Gobierno en general para hacer llegar a la sociedad ese concepto de Defensa. No se trata de arrimar el ascua a la sardina de este Ministerio, sino de explicar a los españoles que con sus recursos y sus soldados se está haciendo una labor extraordinariamente importante para la sociedad. No hay sociedad sin defensa, porque la sociedad se construye sobre la base de la seguridad. Hay que quitarse los complejos y decir la verdad, reconocer a los militares lo que hacen y a los gobiernos que sostienen su defensa su valentía al abordar su responsabilidad, que no es otra que proteger y generar seguridad a los pueblos que gobiernan.

– A la gente le sigue llamando la atención que se hable de patria, de honor, de abnegación...
– Los conceptos de patria, honor, abnegación, sacrificio son imperativos categóricos. La patria es un concepto no sólo del corazón, sino también de la cabeza. No tengo ningún empacho en sentirme cómodo con el concepto de patria, con la condición de cercanía a una sociedad, a una historia y a un territorio que honra nuestro presente y que honró nuestro pasado y que nos hace tener un sentido de pertenencia a algo que son esos valores: honor, sacrificio, entrega, creatividad, todo eso que luego hace que el espacio vital donde uno se mueve merezca la pena.

– El jueves mantuvo varios encuentros bilaterales en Bruselas. Primero, el ministro australiano. ¿Qué interés nos une con las Antípodas?
– Este Ministerio, además de la función de generar defensa en su más amplio concepto, tiene una misión importante que es ayudar a la industria en su actividad de potenciar los mercados. Cuando yo estaba aquí en el 96, la inclusión del sistema Aegis en las fragatas nos abrió un amplio campo en el ámbito internacional que se materializó con las fragatas noruegas. Eso nos ha abierto el mercado en el mundo. Hemos desarrollado unas tecnologías que han supuesto una importantísima elevación tecnológica de Navantia como productor de buques de guerra en el mercado internacional de primer orden. La consecuencia primera fue Noruega y la segunda, Australia. Los acuerdos de Navantia con Australia son un hito importantísimo. Ellos quieren unos submarinos, nosotros tenemos los S-80, y hay conversaciones sobre cómo adaptar criterios de especificación técnica de unos a otros. Por tanto, la famosa deuda de Defensa lo que produce son estas situaciones económicas que si no, no habríamos sido capaces ni de soñar.

– Con el ministro francés hablaron de desarrollar acciones preventivas contra los piratas. ¿A qué se refieren?
– Las acciones preventivas tienen que ver con las bases de los piratas en Somalia. De lo que se trata es de analizar la posibilidad de evitar las acciones de los piratas desde el inicio, sus bases de aprovisionamiento en tierra. Todo eso hay que verlo con especial cuidado, tenemos que consensuarlo con nuestros socios y ver qué tipo de acción podemos desarrollar. En todo caso tendrían que ser acciones quirúrgicas, no podemos matar mosquitos a cañonazos. Estamos estudiando esas posibilidades porque creemos que puede ser una manera de mejorar nuestra eficiencia en ese escenario.

– Con EE UU habló de la actualización del convenio bilateral, pero ¿va sólo encaminado al escudo antimisiles?
– Básicamente sí. El análisis del convenio de cooperación va a ir enfocado a cómo adaptamos el escudo antimisiles en ese ámbito del convenio y el acuerdo que se establezca ahí, que es en parte de derecho internacional público, y que tiene unas connotaciones de tipo operativo y logístico que tenemos que estudiar antes de llegar a la firma o la adaptación del convenio. En la OTAN fue muy bien recibido el compromiso de España con la defensa antimisiles.

– ¿España tiene alguna previsión de vinculación con Afganistán más allá de la fecha de retirada en 2014?
– En 2014 llevaremos 12 años en Afganistán. España es solidaria, y lo ha demostrado con 98 vidas, que es lo que más hay que respetar, y luego con un esfuerzo económico enorme. Cualquier participación en el post 2014 irá aparejada a que se haya consolidado el esfuerzo que hemos hecho y que cualquier actividad esté amparada por la legislación internacional. Y además, que en la financiación de esa tercera fase no esté sólo la OTAN sino también los países no OTAN que están allí. Nosotros hemos ido allí porque entendemos que los intereses de España se defienden allí también, de manera inmediata y mediata.

– Usted dijo que buscarían soluciones a los problemas generados por la Ley de Carrera Militar. ¿Cómo?
– En mi comparecencia dije que ya se había legislado suficiente. Creo, y comparto con el principal partido de la oposición, que no debemos cambiar la percha. Lo que creo es que a lo mejor el traje que colgamos de la percha debería ser distinto del que se había previsto, no tanto por una cuestión de contestación política sino para evitar las fricciones en el ámbito militar que se han producido. Me he reunido con los responsables de los ejércitos y vamos a analizar a fondo cual es la incidencia desde el punto de vista de los desarrollos de la carrera militar que tienen algunos aspectos de la normativa jurídica en vigor. Creo que darle la vuelta otra vez y recrear otra ley de la carrera militar provocaría una vuelta atrás que, en lugar de solucionar los problemas, crearía otros además de los que actualmente hay. Por tanto, un criterio de prudencia política hace que veamos cuáles han sido esos problemas, por qué se han producido y en esos matices, a ser posible consensuado con la oposición, reconducir la carrera militar hacia lo que realmente queremos: que se consolide una profesión con una claridad de objetivos para los militares.

– También habló de un refuerzo de la protección social y del apoyo familiar a los militares. Ellos padecen mucho la movilidad, la dificultad de encontrar vivienda y colegios para sus hijos en los cambios de destino. ¿Se puede entender en esa dirección ese refuerzo que anunció en su comparecencia?
– La condición social de los militares pasa por un reconocimiento social de su extraordinaria, útil y sacrificada profesión para toda la sociedad. Ese reconocimiento no basta con que sea de grandes manifestaciones políticas o sociales, sino que tiene que tener una clara redundancia en las políticas que desarrollemos de apoyo a esa vida sacrificada y a sus familias. Creo que en materia de personal es muy importante también tener en cuenta a los mutilados y su vinculación con los ejércitos. Me parece evidente que si quieren estar vinculados tienen que estarlo, por su propia moral y por la moral que emana de ellos y porque los mutilados son muy útiles. Quiero hacer especial mención también a la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil porque ahí también hay una importantísima labor que hacer, porque son organizaciones especialmente notables y loables en el sentido de que se ocupan de toda la familia militar y esta casa va a potenciarlas porque generan moral en las Fuerzas Armadas.

 

«Las tradiciones militares son de los militares»
¿Se plantea recuperar tradiciones modificadas durante la última legislatura como los honores militares?
Lo consultaré con los militares. Las tradiciones militares tienen mucho más que ver con la vida de los militares que con una visión política de lo militar. Las tradiciones militares son de los militares y hay que respetarlas. La injerencia del mundo civil en las tradiciones militares no es política que vaya a desarrollar este ministro.
¿La UME se queda como está?
La UME es una unidad útil, interesante, que aglutina políticas de todas las administraciones. Lo que habrá que hacer es buscarle una adscripción dentro del ministerio más ordenada, pero eso no tiene nada que ver con sus capacidades, objetivos, su naturaleza o con su existencia.


EN PRIMERA PERSONA
«Sobre todo, la defensa». Pedro Morenés (Las Arenas, Vizcaya, 1948) tiene las cosas claras y muy metido en la cabeza que la defensa es vital. Admira profundamente a los militares, su esencia, su entrega, el servicio que prestan a España, a esa patria que no tiene empacho en nombrar. Tras la formalidad de su imagen pública se encuentra un hombre amable, de exquisita educación, simpático, muy analítico y seguro de sí mismo. Es la «rara avis» de la normalidad en un mundo, el político, donde lo normal no es lo corriente. Lo de posar para las fotos lo lleva peor, pero cuando se sienta y habla de lo suyo, de la defensa, lo hace con calma, consciente de la trascendencia de la política que le ha tocado llevar. En su horizonte no hay más interés que «cumplir bien con mi deber como ministro de Defensa», nada de política. Sólo Defensa.