Bruselas
Rajoy gana aliadosen la escena internacional
Líderes europeos y grandes organismos internacionales se han sumado a las tesis defendidas por el presidente del Gobierno
De todos es conocido que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha defendido ante la Unión Europea, desde su llegada al poder, cuatro elementos fundamentales para salir de la crisis: un mensaje contundente sobre la irreversibilidad del euro, una mayor implicación del Banco Central Europeo, un relajamiento de los calendarios de reducción del déficit para los países que están haciendo las reformas necesarias para no ahogar el crecimiento y que las ayudas del fondo de rescate europeo a los bancos con problemas no pasen por los estados. Después de seis meses al frente de la cuarta economía de la zona euro, las cuatro ideas han ido tomando cuerpo y, por la fuerza de los hechos, diferentes líderes europeos y grandes organismos económicos internacionales han abrazado las mismas tesis.
Después de convencer al siempre recto comisario de Economía, Olli Rehn, de aplazar hasta 2014 el objetivo del 3%, el caso más señalado es el del presidente francés, François Hollande, que desde su llegada al poder se ha convertido en un fiel aliado de la causa española. Al margen de la cumbre del G-20, se le pudo oír defender que «no es aceptable» que países que hacen esfuerzos como España e Italia, para poner orden en sus cuentas públicas, se vean obligados a pedir prestado en los mercados a tasas que llegan al 7%. Pero, además, ha sido uno de los más claros defensores de la puesta en marcha de «instrumentos que puedan movilizarse rápidamente para actuar ante estas situaciones económicas». «Europa necesita instrumentos que permitan mantener a la banca y al Estado para que dejen de estar en esta situación tormentosa», aseveró respecto a la necesidad de que el fondo de rescate europeo pueda inyectar dinero a las entidades financieras con problemas, sin pasar por los Estados. Esta posibilidad, que por ahora sigue rechazando Alemania, ya cuenta con el primer ministro italiano, Mario Monti, y la Comisión Europea entre sus militantes. Por su parte, los máximos representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), Christine Lagarde y Ángel Gurría, respectivamente, también se han adherido a las mismas tesis, convencidos de que España culminará con éxito la recapitalización de la banca.
Durante la reunión del G-20 en Los Cabos, Gurría hizo una encendida defensa de la capacidad de España para asumir la línea financiera que ha puesto sobre la mesa el Eurogrupo, porque «es uno de los países de la UE y de la OCDE con menor deuda en relación con el PIB», y porque hace apenas cinco años «era un país con superávit». «España puede lidiar con la recapitalización de sus bancos», aseveró. Por su parte, Lagarde reclamó que el fondo de rescate recapitalice directamente a los bancos y que el BCE compre deuda de España e Italia.
Precisamente, el Banco Central Europeo, que hasta ahora se mostraba muy reticente a ayudar a España para forzarla a hacer las reformas que considera urgentes, ha decidido ayudar de manera indirecta, relajando los requisitos de los activos que acepta como garantía para que las entidades europeas puedan obtener liquidez. Ello fomentará el crédito a la economía real, pero sobre todo favorecerá a las entidades españolas que tienen gran cantidad de hipotecas, muchas con dificultades de cobro. Además, el BCE ha informado de que pretende eliminar a medio plazo, puesto que aún no estaría preparado para asumir la responsabilidad técnica y política de calificar a emisores soberanos, la normativa sobre las calificaciones mínimas de la deuda europea para que esta pueda ser empleada como garantía en las operaciones de liquidez, que pasaría a utilizar sus propias valoraciones.
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