Balance 2010

El presidente del Gobierno, y el líder de la oposición, han hecho sus respectivos balances del año. Lo que dice uno y otro no se parece en nada, lo peor es que tampoco se parece a la realidad. Supongo que en la rara vida política que vivimos eso debe ser lo normal. Afortunadamente, mi balance es parecido al de una orquesta barata: bodas, divorcios, que también hay quien los celebra, y noviazgos varios. En el capítulo de las bodas, la más importante ha sido la de Victoria, heredera de Suecia. Asistieron todas las familias reales luciendo sus mejores galas. Brillaron especialmente Doña Sofía con la fastuosa diadema Cartier y el legendario collar de los chatones de brillantes, que fueron regalos de Alfonso XIII a Doña Victoria Eugenia. La Infanta Elena se lució con un modelo españolísmo que pocas se pueden poner. Rafael Medina y Laura Vecino contrajeron el matrimonio más glamuroso a nivel nacional. La boda más pintoresca fue la de Nicolás de Grecia, estaba a un paso de «Mamma Mia». La más misteriosa, sin duda, la de Penélope y Bardem, ni una sola foto. José María Manzanares puso la nota taurina y tuvo boda con dimes y diretes incluidos. Las separaciones más sonadas han sido la del matrimonio Bono y la de Espartaco y Patricia. María José Suárez y Feliciano fueron los más escandalosos al terminar su relación. Sin duda el romance del año ha sido el del mejor portero del mundo, Iker Casillas y el de la ya un poquito pesada Sara Carbonero. Alberto de Mónaco se ha prometido, no ya con el arroz pasado, hecho una masa infernal. Igualmente, el Príncipe Guillermo se prometió con su novia de siempre. En el caso inglés, el arroz está en su punto. Se ha lucido mucho como gran seductor Francisco Rivera: sale, entra, viene, va, se dice, se le achaca... Hace bien, joven, guapo y soltero, a qué contenerse. La guerra de los Thyssen no ha tenido armisticio ni en Navidad. Isabel Pantoja viviendo en sus propias carnes la más desgarrada de las coplas. La Duquesa ilusionada y llenando de incógnitas a los medios, ¿habrá boda? Indudablemente el personaje del año ha sido Doña Letizia. No hay semana que no tenga varias portadas, es motivo de comentarios en la prensa mundial. Desata amores y odios tremendos, de esta pasta están hechos los verdaderos iconos.