Partido Republicano
Quinielas para 2016
Los republicanos empiezan a barajar nombres de presidenciables tras la derrota de Romney
Los republicanos han perdido algo más que las elecciones. El fracaso de Mitt Romney ha abierto una brecha en el partido y aplicarse el «renovarse o morir» empieza a ser necesario. Tres días después del triunfo demócrata, los republicanos buscan culpables: el giro de Romney hacia el centro, la desconexión con los latino, o incluso el paso del huracán «Sandy» suenan como las principales causas del fracaso electoral. Pero a pesar de que Romney no haya llegado a la presidencia, 57 millones de estadounidenses confiaron en él. La gran base electoral y la pérdida de casi nueve millones de votantes por parte de los demócratas, parecen ser el único alivio con el que ahora cuenta el Partido Republicano. Si algo se ha demostrado en estas elecciones ha sido el cambio que se está produciendo en la sociedad norteamericana. En 1996 fue Clinton quien le dijo a Bush padre: «¡Es la economía, estúpido!». Ahora es necesario que alguien le diga a los republicanos: «¡Es la demografía!» y es que según las encuestas, el votante republicano es tradicionalmente un hombre blanco de renta alta y con fuertes convicciones religiosas, y es éste el sector de la población el que está en retroceso. Muestra de ello ha sido el triunfo demócrata en Virginia y Florida. Si Obama ya rompió en 2008 con la tradición republicana en estos Estados, y en 2012 lo ha vuelto a lograr, y la demografía de ambos Estados tiene bastante que ver con el cambio. A esto se le suma el divorcio con el Tea Party. Esta separación se vio clara con la senadora Michelle Bachmann, perteneciente a este ala, y que hasta el último momento pudo perder su escaño.
Con sus 57 millones de votantes, el Partido Republicano tiene que mirar hacia delante y volver a conectar con la sociedad americana. Paul Ryan o Marco Rubio podrían ser los elegidos para dar la bocanada de aire fresco que el partido tanto necesita. Tras el batacazo de Romney, Ryan continuará en su cargo de presidente del Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes, por lo que su papel va a ser clave a la hora de negociar con los demócratas y no llegar al temido «precipicio fiscal». Hay muchas esperanzas de que Ryan se postule como candidato en 2016 y debe ser consciente del protagonismo que va a tener. Chris Christie también está en esta «lista». Su apoyo a Obama tras el paso de «Sandy» le ha colocado en primera fila y se presenta como la nueva estrella del partido. El gobernador de Nueva Jersey cuenta con la admiración del sector más tradicional del partido. Si algo han logrado acercarse los republicanos al electorado latino ha sido gracias a Marco Rubio, Ted Cruz y Jeb Bush. Cruz ha hecho historia en estas elecciones al convertirse en el primer latino que representa a Texas en el Senado y allí se ha unido a Marco Rubio. Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, tuvo un papel estrella en la Convención Republicana y lucha por convertirse en alguien clave dentro del partido. Por último, Jeb Bush, hermano del ex presidente, apostó desde el principio por los latinos y ha criticado las posturas de su partido en inmigración. Si los republicanos quieren volver a ganarse la confianza de los americanos, deben adaptarse a la nuevas bases electorales y buscar una cabeza de partido, que por ahora, candidatos no le faltan.
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