Consejo de Ministros
La Sanidad en pañales por Sergio ALONSO
Puede que la causa sea el atávico temor de este Gobierno a herir susceptibilidades entre las comunidades. También podría achacarse a la falta de tiempo de Trinidad Jiménez, dedicada en cuerpo y alma a batir al díscolo Tomás Gómez en las primarias. Otras explicaciones que caben son la desidia, la falta de medios o una visión complaciente de las transferencias basada en la manga ancha. El hecho es que la inhibición del Ministerio de Sanidad en materia farmacéutica resulta manifiesta. Ya lo hizo antes del verano, cuando dos autonomías sacaron los pies del tiesto y pusieron coto a la libertad de prescripción del médico, hasta límites nunca vistos hasta ahora. La licitación de principios activos que acaba de decretar el Gobierno vasco refrenda la puntilla a la innovación farmacéutica.
El caso se ha vuelto a producir ahora con la llamada «guerra de los pañales». En una decisión insólita, el director general de Farmacia del Ministerio, Alfonso Jiménez Palacios, se ha limitado a «rogar» a las autoridades autonómicas que «valoren» la eliminación de descuentos adicionales al 20 por ciento fijado por el Gobierno en el precio de los absorbentes para la incontinencia que adquieren los ancianos en las boticas. La pasividad es evidente, en tanto en cuanto el propio real decreto ley que fija dicha rebaja a nivel estatal determina en su artículo 90.1 que las deducciones aplicables a la facturación al Sistema Nacional de Salud en materia de medicamentos y productos sanitarios –los pañales lo son– representan una competencia del Gobierno, previo acuerdo de la comisión delegada para Asuntos Económicos. ¿Por qué no ordena entonces Sanidad a las autonomías que depongan su actitud para no cobrar más a las boticas?
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