PSOE

Todas las trampas de Teddy

El próximo jueves, los socios de la SGAE podrían poner fin al poder absoluto de Bautista. La participación será clave en unas elecciones bajo sospecha.

Eduardo Bautista (Izda.) y José Miguel Fernández Sastrón (dcha.)
Eduardo Bautista (Izda.) y José Miguel Fernández Sastrón (dcha.)larazon

En las últimas elecciones celebradas para elegir presidente de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) apenas votaron el 11% de los miembros con derecho a voto. En esta ocasión, el sufragio por correo ya se ha duplicado. Y eso ha provocado que Teddy Bautista sea la persona más inquieta por las elecciones a la Junta Directiva de la SGAE, que se celebrarán el próximo jueves. El presidente de la entidad no tiene su nombre inscrito en ninguna papeleta, pues en estos 30 años al frente ha logrado que el cargo de presidente ejecutivo no se elija directamente por parte de los socios, sino por delegación de la propia junta directiva, sin necesidad de formar parte de ella para ser presidente.

Según cuentan algunos de los presentes, en la primera reunión que convocó la nueva junta directiva tras las últimas elecciones en 2007 ni siquiera se realizó votación. El interesado salió de la sala un momento y los presentes, elegidos en su mayor parte por su propio dedo, convinieron un «qué haríamos nosotros sin él». Efectivamente, como cualquier persona que permanece en un cargo durante tanto tiempo, la SGAE y su sistema electoral han sido rediseñados a su medida; cualquier soplo de aire fresco puede erosionar un sistema muy cercano al poder absoluto y basado en el clientelismo, y parece que nunca se había estado tan cerca. Ni el cineasta Juan Antonio Bardem, ni el músico Loquillo lograron en su momento movilizar a los socios, cuya participación en las elecciones acostumbra a ser proporcionalmente mínima.


Crece el voto por correo
En esta ocasión hay un dato que apunta a que la participación va a ser mucho mayor: el voto por correo ha aumentado significativamente. Según aseguran desde la propia entidad, ya han enviado su sufragio más del doble de los socios que en los comicios anteriores, y aún quedan tres días más para recibir sobres, lo que, salvo catástrofe, beneficiaría a los candidatos alternativos, especialmente a la lista del grupo De Otra Manera, comandada por José Miguel Fernández Sastrón, que incluye, entre otros nombres, a los directores Miguel Hermoso y Hugo Stuven, y a los letristas José Manuel Soto y César Cadaval, componente de Los Morancos y autor de letras como «Sevilla tiene un color especial».

De los 38 sillones de la junta directiva, 8 corresponden a los editores, tradicionalmente el sector más díscolo con las propuestas faraónicas de Bautista. El resto se reparten entre los autores de la siguiente manera: 7 de Gran Derecho (ámbito dramático y sinfónico-dramático), 7 de Audiovisuales (televisión, cine...) y 16 de Pequeño Derecho (el resto de ámbitos). «Incluso aunque el resultado no permitiera una mayoría suficiente para evitar que se ratificara a Bautista como presidente ejecutivo, la presencia de un buen número de socios de otras candidaturas permitiría la petición de auditorías y la moderación de la política más agresiva de SGAE», comenta uno de los miembros de la actual junta directiva. Para evitarlo, el presidente ejecutivo ha movido todos sus hilos y ha puesto unas cuantas zancadillas:

- Número mínimo de socios con derecho a voto. Lo que se celebrará el jueves, a pesar de constituirse como una mesa electoral con urna y horario de apertura y cierre, tiene el nombre oficial de Asamblea General Extraordinaria, pero la manera de tomar decisiones en SGAE es de todo menos asamblearia.

Los estatutos de la entidad se han modelado para que sólo tengan derecho a voto alrededor del 10% de los socios de la entidad y, aproximadamente, una cuarta parte de los activos, es decir, de los que reciben remuneración, cada uno de ellos dispone entre 1 y 30 votos electorales, según su nivel de ingresos. En esta ocasión, únicamente 8.271 personas de las 33.277 que percibieron liquidación en 2010 y muy lejos de la décima parte de los 100.108 socios que están inscritos como tales. Por eso la participación resulta fundamental, pues en la última junta directiva que ratificó a Bautista, éste fue elegido por aproximadamente un 11% de los autores con derecho a voto. El porcentaje de sufragios está muy lejano al que se considera saludable en cualquier país democrático. Por ejemplo, en la última asamblea general, las cuentas fueron aprobadas por apenas 454 socios.

- La documentación oficial incita al voto nulo. Junto con las papeletas de cada candidatura, los autores reciben un manual de instrucciones para participar en el enrevesado sistema electoral de SGAE, pues además existe el voto por delegación en otro socio. Ya tuvieron que incluir una fe de erratas al imprimir en las ilustraciones cinco sobres en vez de los cuatro que existen; pero hay otro aún más grave que, de seguirlo al pie de la letra, supondría que el voto del autor sería nulo: «Si usted, además de pertenecer al colegio de Pequeño Derecho, pertenece también al de Audiovisuales deberá hacer la misma operación, pero con el sobre correspondiente, esta vez el de Gran Derecho (distintivo de color sepia)».

- Llamadas a socios que han votado para que anulen el sufragio. Varios socios han denunciado haber recibido llamadas una vez que habían votado por correo para que anularan su sufragio y emitieran otro. La comunicación, en nombre de una entidad colaboradora de SGAE, advertía de que varios de los votos que habían llegado a la sede tenían errores de forma y solicitaban que anularan su voto y enviasen otro mediante un mensajero que les facilitaría la entidad, algo que no puede haberse constatado, pues los sobres no se abren hasta el mismo día de las elecciones.

- No ceder datos del censo a otras candidaturas y jactarse de ello. La plataforma De Otra Manera se quejó al comienzo de la campaña electoral de que no les habían facilitado el censo para recabar los avales necesarios. La junta electoral lo negó, pero la candidatura de Bautista, bautizada como CPAC, se jactó en su web de haber encontrado la manera de burlar ese obstáculo: «Para evitar esos problemas de funcionamiento, cuando nos planteamos la candidatura decidimos recurrir a una empresa de comunicación que ya había trabajado en otras elecciones y disponía ya de la base de datos necesaria». Ante las quejas, retiraron esa información de la web, pero LA RAZÓN ha tenido acceso a ella. De esa imposibilidad de contactar para obtener avales se produjo un retraso en la presentación de candidaturas que ha dejado a De Otra Manera sin posibilidades en Gran Derecho; es decir, Bautista se asegura 6 votos.


Sus cuatro jugadas
1. Reducido número de socios con derecho a voto-Número de socios: 100.108.-Socios activos (que perciben derechos): 33.277.-Con derecho a voto: 8.271
2. La SGAE incita al voto nuloLas instrucciones electorales sugieren que el voto para el colegio de audiovisuales se efectúe en el de gran derecho.
3. Llamadas a los socios para que anulen su sufragio Desde una entidad colaboradora de SGAE se les llama para indicarles que ha habido problemas con el voto por correo, que no se puede abrir hasta el día de las elecciones para que lo cambien.
4. Impedimentos para el resto de candidaturas La lista de Bautista se jacta en su web de que evitó las trabas que impone el reglamento para tener el censo.


Los retos de Sastrón
1. Mayor igualdad entre sociosUna SGAE más abierta a los jóvenes autores que les apoye y garantice la viabilidad y la justa retribución de su actividad.
2. Redimensionar ArteriaLa red de teatros es un proyecto sobredimensionado que es necesario ajustar para adecuarlo a la actual realidad económica.
3. Actualización a los nuevos tiempos Modernizar su estructura de gestión y participación para adaptarla a la realidad social.
4. Tender puentes con la sociedad Una entidad activa que asuma su papel dentro de un entorno que no tiene nada que ver con el anterior, con el mayor rigor en defensa del trabajo de los autores pero también con diálogo, creatividad y respeto, que supongan una mejora de la imagen.



ANÁLISIS
¿Quién vota en realidad?
- ¿Qué se vota y quién puede hacerlo?

–Se eligen los 38 miembros de la junta directiva de la SGAE, de los que 8 pertenecen a los editores y 30 a los autores. Estos últimos proceden a su vez de los colegios de Pequeño Derecho (16), Gran Derecho (7) y Audiovisual (7). La junta elige a su vez al presidente ejecutivo, el cargo de Teddy Bautista.
- ¿Quién controla las elecciones?
–La mesa electoral está compuesta por un interventor de cada candidatura por cada colegio (Pequeño Derecho, Gran Derecho y Audiovisual), el secretario general, dos miembros de la junta directiva y dos socios que no sean de la misma.
- ¿Quién vota en realidad?
–En las últimas elecciones (2007) hubo 7.256 socios con derecho a voto, pero sólo lo ejercieron 533 en persona. De éstos, muchos no eran presenciales, ya que cada candidato puede llevar hasta tres votos delegados. Otros 309 autores votaron por correo. En total, 842 autores votaron, el 11,6% del censo.