Barcelona
Fernández pide el voto para hacerse con «la llave» del Ayuntamiento
En la política, como en el deporte, hay muchas supersticiones. El polideportivo de Can Dragó (Nou Barris) es un buen ejemplo de ello. El PP logró su mejor resultado de la historia en unas autonómicas después de cerrar su campaña en este recinto.
Ayer, los populares hicieron lo mismo para poner su broche a las municipales. Regresaron a Can Dragó, un pabellón que promete convertirse en un santuario para el PP si se cumple el augurio que ayer lanzó Alberto Fernández: «Vamos a lograr el mejor resultado en unas municipales». Para conseguirlo, el alcaldable del PP apeló al voto útil y subrayó el valor multiplicador de su candidatura. «El voto al PP vale por tres porque sirve para dejar atrás la etapa de Jordi Hereu, sirve para evitar una mayoría nacionalista de Xavier Trias con la Esquerra de Joan Laporta y sirve para conseguir la mejor Barcelona, la de más trabajo, la de más mano firme con la delincuencia y la de más y mejores políticas sociales», dijo Fernández.
El candidato del PP se mantuvo fiel al guión que ha interpretado durante esta campaña, aunque quiso insistir en la importancia que tiene la cita de mañana en las urnas para desterrar al gobierno municipal de PSC e ICV. Fernández arremetió con dureza contra Hereu y su «amnesia de gobierno» porque durante los últimos 15 días se ha olvidado de recordar que fue el promotor del fiasco de la consulta para reformar la avenida Diagonal. Añadió Fernández que el alcalde tampoco ha querido hacer memoria de que se ha gastado 87 millones de euros en anuncios ni de que han aumentado las listas de esperar para recibir prestaciones sociales. «Ha pasado de ser el alcalde-anuncio al candidato-humo», ironizó.
No acabaron aquí los comentarios envenenados del alcaldable del PP sobre su adversario del PSC, ya que también tuvo palabras para el hito que ha conseguido. «Hereu ha conseguido lo que parecía imposible y es hacerlo peor que Joan Clos», dijo. Luego, Fernández dirigió su embestida contra Trias por haber respaldado hace pocas semanas la consulta por la independencia en Barcelona y por «esconder» durante la campaña las banderas «estelades». En síntesis, afirmó el alcaldable del PP, «Hereu significa el rumbo a la perdición y Trias no tiene rumbo, pero tiene derivas soberanistas».
Ante estos navegantes desorientados, Fernández se erigió en el capitán que Barcelona necesita. «Yo sí que tengo rumbo, es nítido y muy claro. Voy a poner rumbo a la creación de empleo, a la lucha contra la crisis y contra la delincuencia, y a la mejora de las políticas sociales», anunció. El alcaldable del PP confía en que su coherencia le va a reportar una gran alegría mañana para ser «decisivo» en la orientación del próximo Ayuntamiento. Y lo mismo opinó la presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, que ha arropado muchos días a Fernández y ayer no faltó.
La referencia a los indignados
«Alberto, pinta bien. Has hecho una gran campaña y vas a tener la recompensa que mereces para trabajar desde el lunes con dos objetivos: gobernar y resolver los problemas de la gente», afirmó. Sánchez-Camacho quiso comentar el movimiento de los «indignados» que se ha extendido por toda España y dijo que es «lógico» su enfado. Pero animó a no resolver la irritación dando la espalda a las urnas. «Las cosas seguirán igual o peor si continúan gobernando los socialistas», advirtió.
La presidenta del PP catalán destacó también la importancia que tienen las elecciones de mañana para enviar un mensaje a los que están gobernando. «Este domingo tenemos la oportunidad de decirle a Zapatero que se vaya y de decirle a Mas que no queremos ni más independentismo ni más recortes sociales», alentó. Acabados los parlamentos, comenzó la cena con simpatizantes en Can Dragó, el polideportivo talismán para un PP ansioso por hacerse con «la llave» del Ayuntamiento.
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