España

La misma fragata que vigiló al «Alakrana» y un buque averiado velan por los españoles

La Razón
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MADRID- Los dos españoles secuestrados en Somalia tienen «ángeles de la guarda» fajados ya en situaciones similares. La dotación de la fragata «Canarias», que sigue la evolución del secuestro frente a las costas de Somalia, fue, junto a la «Méndez Núñez» la encargada de velar por los marineros del «Alakrana», capturado durante 47 días. Junto a este buque se encuentra también el de aprovisionamiento en combate «Patiño», que debía haber vuelto a España por una avería en un motor pero que recibió la orden de permanecer en la zona.
En total, cerca de 450 marinos e infantes de Marina permanecen a una distancia prudencial del «Vega 5» pero en permanente vigilancia. Ambos llevan un grupo de infantes y la «Canarias» está dotada con un helicóptero para interceptar esquifes o para intervenir en caso de necesidad.
La fragata, de la clase «Santa María», ostenta ahora mismo el mando de la «operación Atalanta» después de que el Estado Mayor del contralmirante Juan Rodríguez Garat, jefe de la misión, se trasladara desde el averiado «Patiño» al buque de relevo.
El buque de aprovisionamiento en combate lleva a bordo un total de 210 militares (187 hombres y 23 mujeres). En la «Canarias», que ya estuvo entre agosto y diciembre de 2009 cumpliendo esta misión, van embarcados 242 marinos.
La fragata permaneció 49 días en el mar durante el secuestro del «Alakrana», fondeado frente al lugar donde los piratas retenían al atunero.
Las posibilidades de intevención militar, en el caso del «Vega 5», son muy distintas de las que se plantearon en el caso del atunero vasco. En primer lugar, señalan expertos militares consultados por este periódico, porque el barco actualmente secuestrado no tiene bandera española sino mozambiqueña, por lo que la autoridad sobre el mismo, o la responsabilidad, pertenece al Ejecutivo de Mozambique y no al español. Y en segundo, porque este tipo de intervenciones son más sencillas en los primeros momentos del secuestro, pero después, el tiempo juega en contra de los militares.