Italia más sombras que luces (1-1)

La propuesta italiana no convenció y la paraguaya estuvo, más o menos, de acuerdo con lo que se esperaba. Lippi no engañó a nadie, abrió el baúl de los recuerdos y sobre el césped aparecieron Buffon, Zambrotta, Cannavaro, De Rossi y Iaquinta, que estuvieron en la final de Alemania 2006. Camoranesi y Gattuso, en el banquillo; y Pirlo, en el lecho del dolor esperando recuperarse para la próxima cita. Así es Italia, que no parece llamada para grandes hazañas y el empate le sirve para mantener ese plus de competitividad que tiene.

Marcó primero Paraguay en una falta bien lanzada por Torres, en la que Cannavaro fue obstaculizado por Lucas Barrios, que le ganó en el salto, y que Alcaraz llevó al fondo de la red. Y el partido, que al principio tuvo unos minutos esperanzadores de los italianos al juntarse Montolivo, De Rossi y Pepe, fue rojiblanco en el control y la anticipación.

Porque a Italia le costó mucho encontrar su patrón de juego. De los primeros destellos se pasó a un fútbol sin orden, precipitado, con pases que eran sencillos de cortar por la defensa paraguaya. Tampoco es que los del «Tata» Martino fueran la excelencia personificada. Pero tenían las ideas claras y Lucas Barrios, el argentino nacionalizado que juega en Dortmund, era una pesadilla para Cannavaro –más genio que juego– y Chiellini, que le pegaba sin esconderse.

Había más cuerpo a cuerpo que buen juego porque a Italia le faltaba cerebro y porque a los paraguayos todo les fue bien y no tenían que salirse de su guión. Incluso, hubo momentos que tocaron y es que parece una selección con los fundamentos muy bien aprendidos. Cada uno hace su labor sin aspavientos, sin brillar, porque prima lo colectivo. Y en eso se empeñaron desde el central Da Silva hasta Riveros y Barrio.

En la segunda parte no salió Buffon, presumiblemente lesionado, y a Italia no le quedó otro remedio que irse a por la igualada. Sus argumentos se basaban en la fuerza de Pepe y De Rossi. Iaquinta y Gilardino estaban muy apagados y la entrada de Camoranesi por un indolente Marchisio –buen toque, pero pelín vago– le dio más fuerza por la derecha. Pepe se había ido a la izquierda y desde los costados intentó Italia poner algún centro para sus delanteros.

Sin balón, sin ideas y sin centrocampistas de toque no hay paraíso y el empate llegó en un saque de esquina. Lanzó Pepe, Justo Villar –portero del Valladolid– salió a por uvas, aquí no vale echarle la culpa al balón, y De Rossi fue el último en tocarla para alegría italiana y desesperación de Paraguay, que en el tramo final del partido no inquietó, no probó a Marchetti y se refugió en su trabajo tosco para conseguir un punto que le mantiene con opciones. Entraron Roque Santa Cruz y Cardozo, pero no cambió nada.

La inercia del juego y las llegadas al área de Justo Villar eran italianas. Lippi probó con Di Natale y el delantero del Udinese hizo tres o cuatro cosas con criterio. Pepe buscó el gol desde lejos e Italia, con esa bravura que tiene, peleó al final por el triunfo. Su defecto es que combina poco, juega muy directo y eso favorece al defensor. Faltó la pausa de Pirlo y muchas más cosas para demostrar que quiere ser algo más que una comparsa. Ya se sabe que con Italia no puedes apostar hasta que está sobre la lona, pero esta selección que se ha inventado Lippi, mezcla de viejos guerreros y jugadores de buenas maneras, no convence. Su puesta en escena fue gris, desordenada, con pocas luces y muchas sombras.

- Ficha técnica:1 - Italia: Buffon (Marchetti, m.46), Zambrotta, Cannavaro, Chiellini, Criscito; Montolivo; De Rossi, Pepe, Marchisio (Camoranesi, m.58), Iaquinta y Gilardino (Di Natale m.73). 1 - Paraguay: Justo Villar; Bonet, Antolín Alcaraz, Da Silva, Morel; Vera, Cáceres, Riveros, Torres (Santana, m.60); Nelson Haedo (Santa Cruz, m.68) y Lucas Barrios (Cardozo, m.76). Goles: 0-1, m.39: Alcaraz; 1-1, m.63: De Rossi Árbitro: Benito Archundia (MEX), Mostró tarjeta amarilla a Víctor Cáceresd (m.62), a Camoranesi (m.70) Incidencias: encuentro correspondiente a la primera jornada del Grupo F de la primera fase del Mundial de Sudáfrica 2010 disputado en el estadio Green Point, de Ciudad del Cabo ante 66.000 espectadores.