Ignacio González: «Zapatero debe tomar ahora la alternativa»

Han pasado 24 horas desde que la Comunidad de Madrid, de la que es vicepresidente, revolucionara el mundo del toro y de la política al declarar la Fiesta Nacional «Bien de Interés Cultural» en pleno debate catalán sobre la prohibición de los toros. La iniciativa ha creado defensores y detractores, pero Ignacio González está acostumbrado a lidiar en todas las plazas.–¿Es necesario blindar la Fiesta? –Es conveniente protegerla, porque hay quien intenta impedirque la gente tenga la libertad para acudir. Estamos cansados de que no nos dejen beber vino, tomar una hamburguesa, fumar o ir a los toros. –¿Quien ataca la Fiesta, ataca a España o al toreo? –Desgraciadamente algunos lo están planteando como un ataque a la identidad cultural española, lo que es tremendamente grave. Ha habido más precedentes en los que la izquierda ha querido atacar este mundo por razones de identidad española.–Valencia y Murcia han seguido el ejemplo de Madrid. ¿Quién debería ser el próximo en tomar la alternativa? –Proteger las tradiciones que reflejan nuestras señas de identidad se debería hacer con carácter general. El Gobierno debe defender el patrimonio cultural.– El PSOE ha calificado su iniciativa de oportunista.¿Se han aprovechado del debate catalán?–Nuestra posición es fruto de toda una serie de actuaciones desarrolladas durante el último tiempo para fomentar la Fiesta. El PSOE no tiene criterio en este sentido, porque está preso de la situación a la que le ha llevado tener como socios a los nacionalistas, que quieren hacer del rechazo a las señas de identidad del pueblo español un elemento de confrontación. –¿Es comparable el toreo con el maltrato o la ablación?–Es una salida de pata de banco inadmisible. Un insulto propio de quien no tiene argumentos. – Si le tocara a usted defender la Fiesta, ¿cómo lo haría?–Con tres argumentos. El primero es cultural, porque los toros forman parte del patrimonio español. El segundo es medioambiental, porque ha contribuido a la protección de grandes superficies. Además, la Fiesta es una de las actividades económicas y turísticas más importantes que tenemos. –¿Alaba el papel que está jugando José Tomás como abanderado de los toros en Cataluña?–En Cataluña no sólo torea José Tomás, pero todo lo que sea despertar emoción y atracción hacia el toro, como sin duda él lo hace, es bueno. Es un revulsivo de las Fiesta, por eso me parece interesante que haya vuelto y que se haya convertido en un elemento de dinamización de la Fiesta.–¿Cambiaría algo de la Fiesta nacional?–Que la lidia se hiciera bien, que hubiera orden en la plaza, porque si no, la desluce; echo también de menos que se cuiden más las otras suertes, especialmente los pares de banderillas, que es una de las que más me gustan. Por último, yo exigiría más en la suerte de varas, porque si no se hace bien, empaña el espectáculo. Además, le daría más vistosidad, más atractivo y una única normativa para toda España. –Un cartel irresistible.–Me gustaría que estuviera Castella; es valiente y lo da todo. Morante, porque transmite algo especial. David Lucas, un chaval joven que está haciendo las cosas bien y con muchas ganas. También me gustan José Tomás y Enrique Ponce, que aunque en Madrid no es muy querido a mí me parece un profesional como la copa de un pino.–¿A quién le daría la «puntilla»?–Al terrorismo y a todo el que forma parte de él. –¿A quién le echaría un capote?–Como parte de la Administración, a todas las personas que lo están pasando mal. A la gente que no tiene empleo o que está pasando dificultades económicas y también a los pequeños empresarios que han montado empresas con mucho esfuerzo y están viendo que se van abajo. –¿Qué plazas le quedan por torear?–Muchas. Siempre hay que estar dispuesto a salir a torear lo que haga falta. Como los buenos toreros, lo que no hay que hacer es arriesgar sin sentido. Hay que minimizar el riesgo y transformarlo en emoción.

Entre Las Ventas y el BernabéuEl vicepresidente de la Comunidad de Madrid nació en la capital hace 49 años, es licenciado en Derecho y funcionario del Cuerpo Técnico Superior del Ayuntamiento de Madrid, está casado y tiene tres hijas. En la arena política, si hay algo que le define es ser desde hace más de una década la «mano derecha» de Esperanza Aguirre. Se declara incapaz de elegir entre una tarde de fútbol o de toros, pasión que le transmitió su abuelo y que le ha llevado a ser presidente del Consejo de Asuntos Taurinos de Madrid.