Elecciones municipales

Debut accidentado

La presidenta del Pleno del Ayuntamiento de Madrid, Paz González, hizo ayer bien los deberes y durante los primeros minutos se dedicó a recorrer una y otra vez el nuevo Salón de Plenos del Palacio de Cibeles para explicar a los concejales cómo funcionaba el nuevo sistema de votación y el atril desde el que ahora hacen sus proposiciones.

Casi todos los concejales coincidieron en calificar el nuevo Salón de Plenos como más cómodo pero más desanjelado que el antiguo
Casi todos los concejales coincidieron en calificar el nuevo Salón de Plenos como más cómodo pero más desanjelado que el antiguolarazon

MADRID- Los bedeles también estuvieron al quite para explicar todo lo que hiciese falta a los miembros de la corporación municipal que, además, tenían un cartel con su nombre en el lugar en el que debían sentarse y un documento con las instrucciones de uso de los botones y micrófonos con los que cuenta cada espacio. Sin embargo, a la hora de encontrar la puerta de salida comenzaron los problemas. Los paneles de láminas que rodean todo el hemiciclo son tan uniformes que el edil socialista, Pedro Zerolo, tuvo serias dificultades para intentar abandonar el Pleno, hasta que un bedel le echó una mano y, de paso, se quedó marcando la puerta para los demás.

La siguiente queja vino de mano de Ruth Porta. La concejal socialista protestó por los fallos de acústica del Salón de Plenos puesto que, paradójicamente, los ediles sentados más lejos del atril escuchaban mejor las palabras del compareciente que quienes se sientan a apenas un metro y medio de la presidencia. Posiblemente el problema vendría también de los conflictos que varios miembros de la corporación tuvieron con los micrófonos de la tarima de oradores, que había que colocar casi bajo la nariz para que se escuchase correctamente.

Pero las dificultades se tornaban disparatadas en cuanto un incauto concejal intentaba salir del hemiciclo para ir al baño, fumar o tomar un café. Entre pasillos y puertas –todas con acceso por tarjeta y algunas, tozudas de abrir– no era raro cruzarse con algún pobre edil preguntando por el excusado. También eran divertidas las carreras para salir a fumar, puesto que hay que cruzar todo el Patio de Cristales para llegar a la calle. Lo mejor, la cara de triunfo de los concejales cuando, después de muchas vueltas, descubrieron el lugar en el que se servía el café, aunque, para su desgracia, no será el mismo en diciembre.

Menos mal que el nuevo sistema de votos, para el que hay que insertar una tarjeta de identificación y pulsar el correspondiente botón, no se pone en marcha hasta enero.