Caja Madrid estudia fusiones que mejoren su rentabilidad y eficiencia

«Caja Madrid está valorando las oportunidades que puedan surgir. Cualquier operación de crecimiento inorgánico que pueda aparecer será analizada». Con este lenguaje tan alambicado se refirió ayer Rodrigo Rato a una eventual fusión de la caja en su discurso ante asamblea general ordinaria, que aprobó las cuentas de 2009, las últimas de Blesa al frente de la entidad. El nuevo presidente condicionó esta operación a que contribuya a mejorar la rentabilidad, productividad y eficiencia de la entidad. Acto seguido, dio por sentado que la caja saldrá reforzada en el nuevo mapa financiero, tras la reestructuración. Es más, auguró que se convertirá en una entidad ganadora en este proceso de reordenación del sector de las cajas de ahorros, que deberá estar listo el próximo 30 de junio, según pactaron la semana pasada el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del PP, Mariano Rajoy. En ese sentido, la cuarta entidad crediticia del país estudia una posible fusión con la caja resultante del proceso de ordenación de las valencianas o gallegas. En cualquier caso, su posible pareja deberá contar con un balance contable saneado, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes solventes.Caja Madrid trabaja, además, en el estudio de los previsibles cambios en el entorno regulatorio, que acordaron acometer Zapatero y Rajoy. De momento, deberá reforzar su nivel de solvencia, en especial en capital básico, para mantener la posición de entidad de referencia.Después de augurar unos beneficios este año similares a los de 2009, Rato insistió en los objetivos de la caja para este ejercicio: control de la morosidad, rentabilización del balance, reforzamiento del capital, eficiencia y financiación. En este contexto, destacó la existencia de «noticias positivas» sobre la evolución de la morosidad, tras recortar en 168 millones los saldos morosos. Esta caída ha posibilitado una reducción de 14 puntos de la ratio de morosidad a marzo y un nuevo recorte en abril. En su discurso ante la asamblea, resaltó la estabilidad del volumen de negocio de la entidad, pese a la crisis, lo que le ha permitido ganar cuota de mercado hasta el 6,85% en créditos y hasta el 7,32% en recursos. Además, descartó entrar en la guerra del pasivo y consideró que «la economía mundial está en fase de recuperación y la española cerca de la estabilización». Sin embargo, no espera mejoras apreciables en España a corto plazo, lo que impactará negativamente en la creación de empleo.