Elecciones europeas
Derrota de ZP
Zapatero no quiere ser padre de la derrota, y sus más allegados no desean adjudicarle esa paternidad; ni siquiera los ganadores desean hurgar en la herida. Pero la realidad es que ZP fue quien llamó a capítulo a Tomás Gómez para decirle que Trini era la mejor candidata, que tenía más posibilidades de derrotar a Esperanza Aguirre, y por lo tanto, él debería dar un paso atrás. Gómez lo dio hacia adelante para plantarle cara en la corta distancia al «jefe» y decirle que el candidato lo tenían que elegir los militantes y no los consejeros personales de Zapatero: Blanco y Rubalcaba, esos que intentaban convencer al presidente de que había que elevar a Trini a la candidatura por lo civil o por las primarias.
La ministra se convertía en la apuesta personal de Rodríguez Zapatero y ha perdido las elecciones. ZP está que «Trini», por no decir que trina. Gómez degusta en la intimidad, sin que nadie le vea, el sabor de una victoria que puede ser histórica y abrir una brecha en el zapaterismo.Gómez sabe que en su partido hay compañeros que ni olvidan ni perdonan, y no le van a perdonar el que haya derrotado a la candidata del «jefe». Le estarán esperando con las garras afiladas la noche del 22 de mayo para, si no consigue quitar la mayoría absoluta a Esperanza Aguirre, destrozarle y mandar sus restos políticos a Parla. Es el riesgo de ganar un pulso a los de arriba.
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