Los Ángeles

Hollywood ya no está en crisis

El debutante Chandor hace diana con «Margin Call», sobre la debacle financiera: la industria ya lo ha consagrado y actores como Spacey, Demi Moore y Jeremy Irons le han dicho «sí»

Demi Moore interpreta a una dura ejecutiva que debe tomar drásticas decisiones
Demi Moore interpreta a una dura ejecutiva que debe tomar drásticas decisioneslarazon

La imagen de Demi Moore de espaldas, mirando al suelo casi desde el cielo en lo más alto de un edificio de acero (la que ilustra este doble, sin ir más lejos) puede resumir lo que cuenta «Margin call», un filme ambientado en el inicio de la crisis financiera de 2008 en Wall Street. Los trabajadores de una empresa que se dedica a la comida rápida van a experimentar en carne propia lo que es una debacle financiera. Ocho de ellos (un cogollo escogido al que dan nombre otros tantos números uno de Hollywood) vivirán el drama durante 24 horas, desde el gran jefe que decide el destino de quién trabaja bajo su techo a aquel o aquellos otros que han de guardar su vida laboral en una pequeña cajita de cartón antes de salir por la inmensa puerta giratoria de la compañía. El título alude a una expresión propia del mundo de las finanzas, «llamada al margen», que al director del filme, el debutante J.C. Chandor, también guionista, no le resultaba desconocida.

Para este joven todo comenzó hace cinco años. Y lo vivió en primera persona: él y varios socios se encontraban cerrando negocios en Nueva York; convertían edificios comerciales en bloques de apartamentos. Antes de finalizar el proyecto, el padrino de uno de los socios, un ex banquero con inversiones inmobiliarias, les dio un revelador consejo: que vendieran tan rápido como fuera posible. Algo se avecinaba. «Ya en 2006 hubo inversores que se alejaron de la burbuja inmobiliaria porque vieron lo que se venía encima», comenta el director.

24 horas desesperadas
Chandor, por aquel entonces, era un realizador de anuncios comerciales que trufaba con algún que otro documental y que intentaba rodar su primera película. Bien adiestrado, hizo caso del consejo y vendió a tiempo. Sin embargo, recuerda el negro noviembre de 2008 cuando Wall Street se vino abajo: «Ese mes me puse a escribir. Quería presentar a través de un guión de cine lo que significaba para una firma intentar sobrevivir a la crisis. Creo que partía con ventaja porque podía hablar desde mi experiencia. Llevamos cuatro años sumidos en este túnel oscurísimo y quería que el mundo supiera lo que sienten los que están metidos de lleno en el pozo», asegura.

«Margin Call» es una cinta que transcurre casi en tiempo real. A lo largo de un día muestra cómo una compañía trata de salvarse desesperadamente de la ruina financiera. Por ese inmenso edificio, tan frío como carente de corazón, deambulan los personajes más variopintos, la mayoría de ellos con el alma guardada en un cajón de la mesa de trabajo, desde el jefe de ventas (Kevin Spacey) a la dura ejecutiva (Demi Moore, pasando por el enigmático responsable, el todopoderoso (Jeremy Irons).

La pregunta se hace sola: ¿cómo es posible conseguir un elenco como éste con un presupuesto de tres millones de dólares y siendo un director desconocido? Chandor creyó en la oportunidad de la historia que tenía entre manos y la vendió con absoluta convicción: «Me parece que lo que a todos les llamó la atención es lo que contaba y su actualidad. No les estaba pidiendo un gran compromiso y nunca les engañé. La película la rodamos en diecisiete días en Nueva York, con lo que cada uno pudo seguir con su vida y su ritmo de laboral. El rodaje fue como un paréntesis», explica Chandor. Además, a actores como Kevin Spacey les apasiona trabajar con directores novatos .

El conocimiento que poseía el director sobre Wall Street ayuda a hacer la historia más comprensible. «Mi padre fue un banquero inversionista en Merrill Lynch durante casi cuarenta años. Yo crecí en ese mundo y me empapé de la forma de hacer negocios. Gracias su ayuda y a lo que me contaron sus compañeros pudimos conseguir que la historia resultara lo más creíble posible. Además, tengo bastantes amigos que trabajan en la Bolsa neoyorquina. Muchas de las cosas que se reflejan en el filme son historias que han llegado hasta mis oídos».

Ni héroes ni villanos
Por otro lado, la ocupación de Wall Street por parte del movimiento de indignados norteamericanos y las protestas alrededor del globo han alimentado la curiosidad por una cinta que está centrada en el universo financiero, aunque con una importante salvedad: «Que nadie piense que ‘‘Margin Call'' es un alegato de protesta contra los banqueros de Wall Street, nada más alejado de mi intención. En mi película no hay héroes y villanos, malos o buenos. No se trata de apuntar con el dedo contra un grupo para demonizarlo. Como en cualquier lugar de trabajo hay gente honesta y otra que no lo es tanto. Personalmente, la crisis es el resultado de un mal sistema gestionado por malos individuos. Cuando señalas directamente a alguien pierdes la visión del problema. Mirando hacia atrás tengo cada vez más claro que hemos intentado poner una tirita de emergencia en una gran herida que todavía sangra. No se necesita un doctorado en economía para darse cuenta de que alguien se ha estado aprovechando de su puesto y a día de hoy seguimos pagando las consecuencias», señala Chandor. El debut no ha podido ir mejor para este novel, quien ha visto recompensado su esfuerzo con un contrato firmado con Warner , con quien trabajará en sus dos próximas películas: la primera es un thriller con Leonardo DiCaprio como reclamo y la segunda «una historia de un solo hombre sin apenas diálogo. Reconozco que soy un hombre al que la fortuna le sonríe porque hago algo que me apasiona y tengo la suerte de que me paguen por ello», confiesa.


El detalle
MUNDO AZUL

Así es como se llama al universo de las grandes corporaciones, con la gente azul, el dinero azul, el puesto de responsabilidad del mismo color. Hace unos años, no más de seis o siete, lo que se nos antojaba como una historia de ciencia ficción convive hoy a nuestro lado. Oliver Stone ya mostraba en «Wall Street» (1987) a un grupo de tiburones sin escrúpulos y con deseos de multiplicar exponencialmente los beneficios de su empresa y el bolsillo propio, como Gordon Gekko (Michael Douglas). «La codicia, a falta de una palabra mejor, es algo bueno», repetía su personaje en el filme. El año pasado llegó la segunda parte, con el subtítulo de «El dinero nunca duerme» (en la imagen, Douglas). El aprendiz en esta entrega era Shia Labeouf. También de 2010 es «The Company Men», basada en la experiencia de tres trabajadores que son despedidos y afrontan cada uno a su manera el final
de su vida laboral.


Demi Moore, amarga victoria
La carrera cinematográfica de Demi Moore, casualidades de la vida, corre pareja a sus crisis matrimoniales: cuando hay problemas parece que la actriz saca de la manga un estreno que la devuelve a la actualidad laboral. Durante su matrimonio con Bruce Willis se anotó varios tantos taquilleros (como «Ghost», «Una proposición indecente» y «Acoso»). La unión duró trece años, de 1987 a 2000, con bastantes altibajos durante los últimos años. Precisamente, tras el rodaje de «Streptease» en 1996, la intérprete se convirtió en la mejor pagada de Hollywood con un caché de 10 millones de dólares. La cinta no funcionó en taquilla y en la segunda mitad de los 90 desapareció casi por completo de las superproducciones para interpretar papeles secundarios. Su matrimonio con Ashton Kutcher en 2005 la situó de nuevo en el cine, aunque desde 2007 no se la ha visto en papeles principales. Ahora regresa con «Margin Call», precisamente cuando su relación con Kutcher puede acabar en divorcio. En el preestreno de la cinta en Nueva York apareció bastante más desmejorada y extremadamente delgada, se habla incluso de anorexia. Quizá cuente todo en su biografía, que Harper & Collins editará en 2012 y por la que Moore percibirá dos millones de dólares.