Zaragoza
Rajoy pedirá en el Congreso un tijeretazo a las formaciones
Se compromete a reducir al mínimo el gasto del PP
MADRID- La campaña del PP contra el decreto de recortes sociales para reducir el déficit sólo acaba de empezar. El voto en contra en el Congreso es el primer paso de una ofensiva parlamentaria y ciudadana que llegará hasta las elecciones autonómicas y municipales de dentro de un año. Por ahora Mariano Rajoy ya tiene tres nuevas balas en la recámara. Volverá a provocar esta semana una votación parlamentaria en contra de la congelación de las pensiones, después de que en la anterior todos los grupos, menos el PSOE, se sumarán a una iniciativa suya en ese sentido. La novedad es que esta vez lo que lleva a la Cámara es una proposición de ley, que, de aprobarse, dejaría al Gobierno en una situación muy delicada. Además el PP prepara dos iniciativas para dar lecciones de austeridad al Gobierno. Rajoy anunció ayer en Zaragoza que tiene la intención de presentar una propuesta para reducir los gastos electorales de los partidos «a la mínima expresión». «No hace falta seguir arruinándose con propaganda porque los ciudadanos saben de sobra cuáles son los partidos que se presentan a las elecciones», explicó. Los populares ya han hecho guiños a la reducción de gastos electorales en esta Legislatura en respuesta a la mancha del «caso Gürtel». La otra propuesta afecta a las comunidades autónomas, e irá en la línea de abrir la puerta a la privatización de sus televisiones. La dirección del PP se volcó ayer con Luisa Fernanda Rudi en la presentación de su candidatura por Aragón para las elecciones autonómicas. En esa comunidad el PP ya está oficialmente de campaña con la vista puesta en conseguir la mayoría absoluta que las encuestas le dicen que tiene al alcance de la mano. Rajoy sólo habló de economía a la militancia que llenó el Anfiteatro de la Expo de Zaragoza. Por un lado, para insistir en proclamar la «injusticia» del tijeretazo aprobado por el Consejo de Ministros. Por otro, para hurgar en la herida de la preocupación que cunde en las filas socialistas por el desgaste que les está dejando la crisis. «El PSOE tiene que dar salida a esta situación porque este hombre está haciendo mucho daño a los españoles y España necesita confianza, seguridad y certidumbre», manifestó. El líder del PP está muy molesto con las «intoxicaciones» –dicen en Génova– de La Moncloa. Ni le ha llamado Merkel para afearle su «no» ni tampoco el presidente del Gobierno le ha ofrecido consensuar el ajuste del déficit. Ayer reivindicó la gestión de la etapa de Aznar y defendió que «volverán tiempo mejores» de la mano de la «alternativa» que representa su partido. «El Gobierno no está a la altura de las circunstancias, pero España tiene potencial para ser infinitamente mejor».
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