Cebar la audiencia

Está a punto de caramelo el comienzo del juicio malayo, que está llamado a convertirse en un gran espectáculo mediático. Los distintos tertulianos del periodismo frívolo juzgarán cada palabra, cada mirada, cada nueva revelación, mucho más incisivamente que los jueces. Este asunto dará para cebar las audiencias muchas semanas. Mientras tanto hay otros temas que dan suficiente juego para que interesen a los que dormitan en los sillones de sus casas frente al televisor. Uno de ellos es el libro que ha escrito un periodista de investigación, al menos así se presenta. Que Dios te pille confesado cuando se te cruce en tu vida un sesudo investigador. «Una republicana en la corte de Don Juan Carlos I», así se llama el escrito que, sin oportunismo ninguno, nos cuenta la vida de la Princesa de Asturias. Indudablemente, el sesudo escritor se ha acogido a aquello de «cuanto peor mejor» y así aparece Doña Letizia como la mujer mas mala desde que Eva tomó la manzana del paraíso. Ha tenido mala suerte el autor: ni la Casa Real, ni ningún fiscal ha presentado requerimiento alguno contra la publicación. Si esto se hubiera producido, las ventas estarían garantizadas. Por cierto, siempre repetimos que los que nos dirigimos, aunque sea de forma divertida, a grandes audiencias, en ciertos asuntos no podemos hablar sin un cierto conocimiento. El martes, en «Espejo público» de A3, un contertulio, refiriéndose al citado libro, dijo que en cualquier momento la Casa Real mandaría retirar el escrito. Aclaré que, afortunadamente, ni la casa Real, ni el jefe del Gobierno, ni siquiera el ministro de Justicia, pueden prohibir una publicación. En todo caso, los únicos que tienen potestad para hacerlo son los jueces, cuando alguien interponga una demanda porque pueda considerase perjudicado.