Conciertos
Lang Lang oro molido
Obras de Soler, Liszt, Chopin y Wagner. Orquesta Nacional de España. Piano: Lang Lang. Director: Josep Pons. Auditorio Nacional. 11-III-2011.
Por primera vez en esta temporada, el Auditorio Nacional estaba absolutamente lleno. El público acudía al olor de una gran estrella mediática: el pianista chino Lang Lang, «el artista más de moda en el planeta de la música clásica», según el «New York Times». No hay duda de que el muchacho posee unas cualidades extraordinarias, demostradas en la interpretación del «Concierto nº 1» de Liszt y el «Andante spianato y Gran polonesa» de Chopin. Posee una impresionante precisión de ataque, una seguridad aplastante, un pasmoso dominio del teclado y un fabuloso juego de dinámicas, del pianísimo al fortísimo (aunque su sonido no sea demasiado potente), que le permite frasear con la minuciosidad de un orfebre y el detallismo de un miniaturista. Y también caer en determinados manierismos y delicuescencias un poco fuera de lugar, por eso los celestes acentos en el «Andante» chopiniano y el acaramelamiento de algunos pasajes lisztianos no nos convencieron. Fue atentamente acompañado por orquesta y director. El concierto se abría con el estreno de «Dos poemas para orquesta», del reciente premio Tomás Luis de Victoria Josep Soler, extraídos de dos escenas de su ópera «Jesús de Nazaret». En este trabajo el compositor muestra su dominio de una materia densa y compleja en una escritura de signo expresionista y dramático que tiene el aire de una honda meditación. Los efectos tímbricos, las intervenciones solistas –lastimero solo de oboe, solo de tuba–, la paulatina clarificación de las texturas nos llevan a una piadosa frase del «Parsifal» de Wagner, autor que cerraba la sesión con algunos de los más relevantes fragmentos de la «Tetralogía», bien tocados, aunque sin mucha depuración sonora y con eventual confusión de planos.
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