Grecia
Una misión imposible antes del año 2022
MADRID– A los griegos no les queda más remedio que aplicar su draconiano plan de ajuste económico para poder afrontar los vencimientos de su deuda y seguir recibiendo ayuda externa. Sus principales acreedores, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea, la llamada «Troika», lo dejaron bien claro: o cumple su plan de ajuste o no recibirá más dinero. El Gobierno heleno está pendiente de recibir 130.000 millones de euros del segundo plan de rescate pactado en la cumbre europea de octubre, que tanto necesita para evitar la quiebra. El próximo 20 de marzo tendrá que hacer frente a un pago de 14.500 millones de euros de vencimientos de deuda a los acreedores, en mayo de 8.100 millones y en agosto (7.800 millones). Ante este escenario y sin ayuda internacional Grecia podría declararse en suspensión de pagos. Todavía tiene que cobrar 9.000 millones del primer paquete de ayudas de 110.000 millones de euros, pero es una cifra insuficiente.
El BCE y el sector financiero (bancos, fondos de inversión y «hedge funds», principalmente) tienen deuda griega por valor de 256.000 millones de euros –el 73% de los 350.000 millones de pasivo que soporta la economía helena–.
El país tiene que reducir su endeudamiento público desde el 159,1% del PIB actual al 120%. El bono griego a un año cotiza con un rendimiento del 497% en el secundario y la prima de riesgo de invertir en Grecia cerró el pasado viernes en 3.060 puntos básicos, niveles de claro «default». España, en comparación, tiene un diferencial de 324 puntos, casi diez veces menos.
El ministro de Economía española, Luis de Guindos, señaló hace unos días que, con el conflicto de la economía helena, a Europa «se le agota el tiempo».
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