Pánico en el Rastro

Un accidente que pudo convertirse en una auténtica tragedia. A primera hora de la mañana de ayer, cuando empezaban a montarse los primeros puestos en el Rastro, un vehículo sin control arrasó la calle Ribera de Curtidores llevándose tenderetes y personas por delante. Doce personas resultaron heridas por la espeluznante carrera pero, por suerte, tan sólo una de ellas sufrió contusiones de gravedad.

El azar quiso que el primero de agosto, a las 8:45 horas, el Rastro estaba más vacío que de costumbre. Apenas habían llegado los primeros comerciantes para instalar sus puestos cuando se desató el pánico. Desde la plaza de Cascorro y casi hasta la Ronda de Toledo, un coche tipo monovolumen se lanzó a toda velocidad por la empinada cuesta.

A su paso, se llevó por delante tres tenderetes, varios bolardos de metal de las aceras con las que chocaba dando bandazos y a doce personas que no le vieron venir, dada la velocidad que tomó el vehículo. Las mercancías, los toldos y la mercancía de los puestos saltaron por los aires al paso del monovolumen sin apenas dar tiempo a los dueños de los puestos y a los pocos viandantes que paseaban por el Rastro.

Al final de la calle, el conductor, que no paraba de derrapar intentando frenar el vehículo, optó por girar violentamente el coche, que chocó contra una farola. La luminaria cayó sobre un puesto, derribándolo casi completamente y golpeando a un anciano de 81 años que sufrió varios traumatismos y fue trasladado, en estado grave aunque consciente, al hospital Gregorio Marañon. «La farola nos ha salvado la vida –comentó Alicia, dueña del puesto–. Estábamos montando el toldo y, de repente, ves venir el coche por el ruido, te giras y ya no te da tiempo de nada».
El conductor, un hombre de unos 50 años, también fue trasladado al mismo hospital con un traumatismo torácico provocado por el airbag, aunque su estado no era tan grave como el del anciano, informaron fuentes de Samur- Protección Civil.