Castilla y León
OPINIÓN: A Roberto Ranz
E res uno de los creen en lo que hacen, querido Roberto, y me has hecho cómplice de tu proyecto educativo junto a la escuela de pensamiento que estoy tratando de convocar en Silos. Aspiras a que un puñado de jóvenes escolares con talento y motivación encuentren «a la vera del ciprés» una oportunidad para pensar y soñar su futuro.
Y es que, ¿puede depararnos el presente algo mejor que pensamientos? Pensamientos con los que se pueda soñar bien despiertos, sueños en los que el pasado pueda entregar al futuro las tareas que no ha llegado a realizar. Pero, como bien sabes, los tiempos los unimos los hombres y en nuestras manos están siempre, rotos y anhelando su mutua hermandad. Los tiempos son siempre nuevos, siempre otros, porque nuevas y diferentes son las generaciones humanas. El tiempo es más fecundo en formas que el espacio, es decir, más variado y diverso. Por eso puede también separarnos más radicalmente que todas las distancias. Y por eso hacen falta, en todo tiempo, seres dispuestos a darle un futuro al pasado y un pasado al presente.
Son los hombres con talento, que unen los tiempos y las generaciones porque no se limitan a adquirir los conocimientos que la Humanidad ya posee: tienen la audacia de pensar con ellos. El pensamiento es al conocimiento lo que el sueño a la vigilia: no está nunca el ser humano tan despierto como cuando sueña lo que todavía no ha visto.
Y tú, querido Roberto, educador y padre de familia singular, has confiado a la filosofía y a la espiritualidad que hoy Silos representa una parte de la hermosa tarea educativa. Espero -y esperamos- no defraudarte.
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