Nueva York

Reino Unido Francia y EEUU afean a Rusia en la ONU por su venta de armas a Siria

Los embajadores de Reino Unido, Francia y Estados Unidos ante la ONU han criticado este martes a la representación rusa por la venta de armamento a Siria, donde las tropas leales al Gobierno de Bashar al Assad han matado a más de 5.000 personas desde que comenzaron las protestas en marzo del año pasado.

La Razón
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El embajador británico, Mark Lyall Grant, se ha confesado "preocupado"por este suministro durante un debate sobre Oriente Próximo mantenido en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Lyall Gratt ha criticado los contratos con Damasco y cualquier "contrabando"que pueda hacerse tanto con el régimen sirio como con la oposición.

Sin mencionar directamente a Rusia, el representante de Reino Unido ha citado una entrevista en la que una fuente del Gobierno ruso justifica que las ventas de armas a Siria no tienen ningún efecto en la situación sobre el terreno". "Estamos totalmente en desacuerdo", ha criticado Lyall Gratt, para quien "es obvio que la transferencia de armas a una situación volátil y violenta es irresponsable y sólo promueve la matanza".

El embajador francés, Gerard Araud, se ha expresado en la misma línea y ha tachado de "inaceptable"que "ciertos países incluidos en el Consejo"sigan proporcionado equipos susceptibles de ser utilizados contra la población civil siria.

Por su parte, la representante de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, ha instado a todos los países que suministran armas al Gobierno sirio a cesar "voluntariamente"esta colaboración. En este sentido, ha reclamado un amplio esfuerzo internacional "para detener el flujo de armas hacia el régimen de Al Assad".

Estados Unidos y sus aliados europeos han defendido en la ONU la imposición de un embargo armamentístico y otras sanciones contra Siria, pero Rusia, aliado tradicional de Damasco y con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, ha obstaculizado cualquier posibilidad de acuerdo.

Rusia y China vetaron en octubre una resolución que condenaba la actuación del régimen sirio y amenazaba con posibles sanciones. Tras este 'no', las autoridades rusas han presentado su propia propuesta de documento, pero las principales potencias consideran su borrador poco crítico con Damasco y las discusiones han terminado en un punto muerto.