Ryan Lochte el surfero feliz

«Si gano, gano; si no, no es el fin del mundo». Es una de las máximas de Ryan Lochte, que ayer dio el primer paso para convertirse en el rey de los Juegos de Londres. «La vida se trata de divertirse», añade tan feliz. Y él lo intenta, sin olvidar los duros entrenamientos a los que se ha sometido para ser más fuerte y poder hacer frente a un hombre con una constitución perfecta para nadar, como es Michael Phelps. Él es menos alto y tiene menos envergadura, pero eso no le impidió triunfar. A Lochte le gusta competir, pero también las playas de Daytona Beach, en Florida, el surf o el skate. No es extraño que se presente a una competición con un golpe causado por una caída en el monopatín. De esa afición a las cuatro ruedas le viene también una de las palabras que le caracteriza. «Jeah», dice o escribe en Twitter constantemente. Eso significa felicidad, que todo va bien. Y ayer, en su estreno, todo le fue mejor que bien...