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Un mazazo para la paz en Afganistán

Los talibanes asesinan al ex presidente del país, Burhanudin Rabbani, que dirigía el proceso de paz con los insurgentes. Un suicida detonó el explosivo oculto en su turbante

Rabbani gobernó Afganistán desde 1992 hasta 1996, cuando fue desalojado del poder por los talibanes
Rabbani gobernó Afganistán desde 1992 hasta 1996, cuando fue desalojado del poder por los talibaneslarazon

KABUL- Los talibanes asestaron ayer un duro golpe a la transición diseñada por Estados Unidos en Afganistán. Un terrorista suicida, que guardaba los explosivos en su turbante, asesinó a Burhanuddin Rabbani, ex presidente del país y máximo responsable del Consejo Superior para la Paz, el organismo que media entre el Gobierno y los insurgentes talibanes. En el atentado también murieron cuatro guardaespaldas y resultó herido un veterano asesor del ex presidente.
El atentado se produjo en la casa de Rabbani, situada en un céntrico barrio de Kabul, en el mismo distrito en el que se encuentran las embajadas, una de las zonas mejor protegidas. Este nuevo ataque supone otro mazazo a los intentos por zanjar la guerra de Afganistán diez años después de su inicio.
Miembros del Consejo Superior para la Paz dijeron que el suicida entró en el domicilio de Rabbani identificado como mensajero y fue escoltado bajo esta apariencia por Rahmatullah Wahidyar, antiguo ministro en el Gobierno de los talibanes. Tras abrazar a Rabbani, según las mismas fuentes, el terrorista detonó el artefacto. Las autoridades desconocen el paradero de Wahidyar.

Karzai vuelve a Afganistán
En respuesta al atentado, el presidente de Afganistán, Hamid Karzai, suspendió su viaje a Nueva York, donde se encontraba para asistir mañana a la Asamblea General de la ONU.
Rabbani fue nombrado el año pasado presidente del Consejo Superior para la Paz, en el que también participan antiguos «señores de la guerra» que combatieron en el pasado contra los talibanes. Karzai dijo entonces que este organismo representaba «la gran esperanza» del pueblo para hallar una solución sin violencia al atolladero afgano.
Rabbani se puso al frente de uno de los grupos «muyahidines» que lucharon contra la Unión Soviética en Afganistán en los ochenta. Pertenecía a la etnia de los «tajik», la segunda más importante del país después de los «pastún». En 1992 alcanzó la Presidencia del país hasta que los talibanes le desalojaron del poder en 1996. Su mandato estuvo marcado por la corrupción y la encarnizada lucha entre facciones enfrentadas que llevó a Kabul, la capital, a convertirse en una ciudad llena de escombros. Tras salir del Gobierno, Rabbani fue proclamado máximo dirigente de la Alianza del Norte anti talibán, que aglutina a grupos étnicos no pertenecientes a los «pastún». Cuando el régimen talibán cayo en 2001, la ONU reconoció a Rabbani como presidente oficial de Afganistán. Su muerte enfría las expectativas de iniciar las negociaciones de paz con los insurgentes talibanes y también obstaculiza los esfuerzos para apaciguar las rivalidades regionales y étnicas que alimentan la insurgencia en el país, donde todavía permanecen más de 100.000 militares estadounidenses.

Miedo a una guerra civil
Su papel como líder de la Alianza del Norte anti Talibán, así como su imagen de hombre sabio y pieza clave en el intento de alcanzar un acuerdo con la bendición de EE UU, hará difícil que sea reemplazado en un futuro cercano. Además, su muerte podría despertar el resentimiento entre los altos cargos de la Alianza del Norte, que acusan al presidente Karzai, de procedencia «pastún», de connivencia con los talibanes. En este contexto, las minorías étnicas del país han comenzado a rearmarse en medio del proceso negociador. Es muy probable que la muerte de Rabbani reavive el miedo a una guerra civil después de que las tropas norteamericanas abandonen Afganistán en 2014.

Es la tercera vez en los últimos tres meses que un alto cargo afgano es asesinado en un lugar supuestamente seguro. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró que se trata de un ataque «contra el pueblo afgano». Ap


España: «Vital contribución»
El general John R. Allen, máximo responsable de las tropas de la OTAN en Afganistán, agradeció ayer al contingente español su «vital contribución» en la misión de la ISAF. El general norteamericano, nuevo comandante en jefe de las fuerzas aliadas, visitó ayer por primera vez a las tropas españolas desplegadas en la base «Ruy González de Clavijo» de Qala-i-Naw, según indicó a través de un comunicado el Ministerio de Defensa.