«La Iglesia nunca ha tenido miedo a la modernidad»

"La responsabilidad de los medios pasa por favorecer la preparación crítica de los lectores, sobre todo en un momento en el que la facilidad de acceso a Internet obliga a una formación crítica más profunda porque se tiende a considerar verdad todo lo que se lee en el ordenador, en el móvil o en la tableta", dijo.

En cuanto a la relación de la Iglesia con la comunicación históricamente, aseguró que la Santa Sede, "desde siempre, es experta en medios. Siempre ha sido intensa la circulación de textos desde los primeros siglos del cristianismo. Y en nuestra época, podemos observar que la Santa Sede, desde la mitad del siglo XIX, es el único organismo religioso a nivel mundial que ha pensado en tener un periódico, que tengo el honor de dirigir desde hace cinco años. Del mismo modo, el Vaticano también quiso tener su propia radio, Radio Vaticana, y en 1931 habla por radio y por primera vez en la historia la voz de un sucesor de Pedro se pudo oír simultáneamente en todo el mundo. La Iglesia nunca ha tenido miedo a la modernidad y ha utilizado también el cine o la televisión para llegar a sus fieles. En 1948 funda un organismo para los medios que todavía existe, que en sus casi 70 años de historia está confiado a prelados estadounidenses".

En la conciencia popular, todos tendemos a pensar que el Papa de los medios es Juan Pablo II, y con él se vuelve habitual el género de la entrevista, pues concede muchas. "Sin embargo, la primera la ofreció León XIII a finales del siglo XIX a una mujer socialista francesa, que versó sobre el antisemitismo y causó un revuelo enorme en aquel momento".

Y para analizar la relación actual de la Santa Sede con los medios de comunicación, Giovanni Maria Vian relató el encuentro que, con motivo del 150 aniversario de L'Osservatore Romano, tuvo lugar el pasado año con cinco periodistas no italianos, entre ellos el español Antonio Pelayo, corresponsal en el Vaticano de Antena 3. En este acto, se abordaron diversos desencuentros que había tenido la Santa Sede con la sociedad y con los periodistas, como el discurso de Ratisbona sobre el Islam, que tanta polémica suscitó, o las declaraciones sobre el uso de los preservativos en África. En algunos casos, concluyeron estos periodistas, la culpa había sido de la propia Santa Sede, pero en la mayoría de los malentendidos surgieron, o bien por el desconocimiento de los periodistas, bien por la malinterpretación de sus palabras o por la imagen que de Ratzinger se tenía del gran inquisidor alemán, frío, despiadado...

Finalmente insistió en que, frente a la actual crisis que tanto preocupa a todo el mundo, la Santa Sede llama a una responsabilidad general. "No es que esté en juego la verdad, sino también la profesionalidad de los medios", concluyó.