Asia

Tokio

Japón ve progresos en la carrera por enfriar los reactores

Japón ha restaurado la energía en uno de los reactores paralizado y dice tener bajo controlor los reactores cinco y seis después de haber enfriado sus piscinas de almacenamiento.Trescientos ingenieros han estado luchando dentro de la zona de peligro para salvar los seis reactores la planta.

Avances en las labores por controlar Fukushima, en medio de alarma por radiación
Avances en las labores por controlar Fukushima, en medio de alarma por radiaciónlarazon

La fuga radiactiva de Fukushima es una realidad desde hace días, algo que no sólo se ha verificado en el aire, sino, desde ayer también, en la leche, las verduras y el agua potable de varias ciudades, incluida Tokio. Cuatro reactores de la central siguen averiados y a duras penas se consigue evitar que el combustible radiactivo entre en contacto directo con la atmósfera.

Además, el portavoz del Gobierno, Yukio Edano, admite que el desenlace del accidente nuclear «sigue siendo impredecible». Mientras, miles de refugiados del tsunami, rodeados por nieve, empiezan a quedarse sin keroseno para calentarse, ni arroz para sobrevivir.

A pesar de todos estos inquietantes factores, y después de haber vivido la semana más negra de su historia reciente, en Japón cundía ayer la sensación de que la situación se había «estabilizado», una expresión que utilizó el propio Yukio Edano, y que permite respirar con cierto alivio. Entre expertos y articulistas cobraba forma la idea de que los ingenieros y técnicos de la planta de Fukushima estaban consiguiendo hacerse con el control de la central.

El optimismo creció al confirmarse la conexión de un cable eléctrico de 1,5 kilómetros con el que se espera devolver electricidad a todos los sistemas de refrigeración. Poco antes de medianoche se consiguió hacer conexión en cuatro de los seis reactores (1, 2, 3 y 4), aunque se desconoce si llegará la corriente ya que los sistemas están muy dañados. De lograrse, las piscinas de combustible podrán enfriarse automáticamente.

Además, las autoridades han informado que se está lanzando agua en la piscina de combustible del reactor número cuatro de la central nuclear de Fukushima-1 por primera vez desde el comienzo de la crisis en un intento por enfriar el reactor.

Las Fuerzas de Autodefensa han lanzado cerca de 80 toneladas de agua desde un vehículo hasta las 9.30 horas (1.30 horas en la España peninsular), según el Ministerio de Defensa, tal y como informa la agencia de noticias japonesa, Kiodo.

En el reactor número seis, el sistema de refrigeración se ha reactivado gracias a la restauración del sistema eléctrico, según ha informado la compañía Tokio Electric Power (TEPCO).

El operador japonés ha asegurado, además, que las unidades 5 y 6 están seguras después de varios días de bombeo de agua de mar en las piscinas de los reactores para bajar la temperatura.

Al tiempo que se estabilizaba la planta, se confirmaba una de las amenazas que pronosticaban los científicos: que la radiación empiece a afectar a la producción de alimentos. Varias partidas de espinacas y leche fueron ayer retiradas de los mercados por contener un nivel excesivo de radiación. La leche provenía de una granja situada a 30 kilómetros de la central. Las espinacas, de más al sur: la provincia de Ibaraki. Esa prefectura es uno de los lugares más afectados por radiación a causa de los vientos.

Días atrás, varias de sus ciudades presentaron 100 veces más radiación de la habitual. «Pero eso no significa que esos alimentos supongan un riesgo inmediato para la salud», tranquilizó Edano. Sin embargo, un informe de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) rescatado por la prensa japonesa recuerda que la ingestión de partículas de yodo radioactivo es siempre perjudicial para la salud, incluido a corto plazo e independientemente de las cantidades. Por si acaso, el Gobierno decidió abrir una investigación para decidir si se suspendía la venta de alimentos procedentes de la provincia de Fukushima.

Pero ésa no fue la única alerta sanitaria del día. Técnicos de seguridad hidráulica encontraron restos de yodo radioactivo en la red de suministro de aguas en Maebashi, 100 kilómetros de Tokio. También en la capital se registraron partículas de yodina en el agua de grifo, aunque menores, lo mismo que en las prefecturas de Chiba, Niigata, Gunma y Saitama, según indicó la agencia Kyodo.

Una vez más, todos los registros están todavía dentro de los márgenes permitidos por la ley, según indicó el ministerio de Ciencias. Como viene siendo habitual, la radiactividad se extiende, pero por ahora no supone un riesgo para la salud fuera del famoso perímetro de 30 kilómetros.


El OIEA duda de que el sistema de refrigeración automático funcione
- El Organismo Internacional de la Energía Atómica manifestó sus dudas sobre la posibilidad de que, una vez se recupere de forma completa el suministro eléctrico en la planta de Fukushima-1, funcionen todas las bombas de agua que componen el sistema de refrigeración. Éstas podrían haber quedado gravemente dañadas por el terremoto del pasado 11 de marzo y las diversas explosiones e incendios que se han producido desde entonces. «No sabemos si las bombas de agua volverán a funcionar», manifestó ayer Graham Andrew, un alto cargo del organismo internacional.