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La Primavera Árabe acorrala a los cristianos

En Egipto, Libia o Túnez, el acoso y hostigamiento a esta minoría se ha disparado este último añoConsulte el gráfico adjunto para más información

La convivencia entre los musulmanes y los coptos en Egipto está en cuestión
La convivencia entre los musulmanes y los coptos en Egipto está en cuestiónlarazon

MADRID- Unos 200 millones de cristianos viven en países donde sufren persecución y otros 150 millones viven bajo condiciones de discriminación social o legal, según el último informe internacional de Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) sobre libertad religiosa, que cubre los tres últimos años. Ésta es la situación en 90 países, incluyendo algunos tan poblados como Egipto, Nigeria, Pakistán o China. «Me gustaría decir que la situación ha mejorado, pero no puedo hacerlo», afirmó Javier Menéndez Ros, director en España de esta asociación de derecho pontificio. En Oriente Medio y en el norte de África, la llamada Primavera Árabe se está convirtiendo en una pesadilla. «Países en los que reinaba cierta calma, como Túnez, Libia, Egipto y Siria, son ahora causa de serias preocupaciones», afirma con suavidad el presidente internacional del informe, Peter Sefton-Williams. Sus regímenes, que eran autoritarios pero no directamente islamizantes, han caído o se tambalean dejando espacio a islamistas cada vez más radicales. Probablemente, la mayor decepción con la Primavera Árabe se está dando en Egipto, toda una potencia regional con 80 millones de habitantes y, después de Líbano, el país musulmán con más presencia cristiana: un 12% de la población. Tras las elecciones legislativas de este año, sólo hay nueve cristianos entre los 508 diputados del Parlamento, y cinco de ellos han llegado por designación directa del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Por el contrario, el islam fundamentalista, que incluye a los salafistas y los Hermanos Musulmanes, suma 369 escaños. En todo un ramillete de incidentes (tiendas cristianas destruidas, pueblos o barrios atacados, etc...) los tribunales dejan impunes a los asaltantes musulmanes. A veces, se usa una fórmula tradicional llamada «sesión de conciliación», que reúne a las partes implicadas... pero que en la práctica siempre perjudica a los cristianos. Hay elementos del Ejército hostiles a los cristianos, como los que atacaron tres monasterios coptos en enero de 2011, los que dispararon contra las manifestaciones pacíficas de marzo de 2011 en Mutaqam y Qalaa y los tanques que mataron a 30 personas e hirieron a 300 en las manifestaciones del 16 de octubre de 2011 que pedían la libertad del joven copto Michael Nabil, encarcelado por criticar al Ejército en su blog.

En Libia, tras la caída del régimen del coronel Gadafi, el presidente de transición, Mustafa Ab Al Jalil, anunció en octubre de 2011 que «toda ley que entre en conflicto con los principios de la ‘sharia' será considerada ilegal». Cuando la comunidad internacional expresó su inquietud, especificó que sólo pretendía legalizar la poligamia y aplicar criterios islámicos a los préstamos bancarios. Pero en marzo de 2012 se produjo un preocupante episodio cuando una turbamulta radical profanó el cementerio de soldados de la Commonwealth de la Segunda Guerra Mundial en Bengasi, destruyendo sus tumbas, con sus cruces y una estrella de David.

En cuanto a Siria, los cristianos intentan que no se les vea como partidarios del régimen de Bachar al Asad. El levantamiento popular que empezó como un movimiento que pedía reformas democráticas, según el informe, «se ha ido transformando lentamente en una revolución islámica que deriva en una guerra civil confesional», apoyada por países suníes. Otra decepción grande se está dando en Sudán, donde la independencia de Sudán del Sur no ha significado más libertades en el norte, ni siquiera paz, especialmente en la región de Kordofán. Desde 2010 se habla con insistencia de establecer una nueva Constitución basada íntegramente en la «sharia» o ley islámica, aunque en la práctica ésta ya se aplica en muchos niveles de la vida: así, el consumo de alcohol se castiga con 40 latigazos, pero si el infractor es cristiano sólo recibirá 20, según la norma. El Ministerio sudanés de Asuntos Religiosos se dedica a recoger datos sobre cada iglesia cristiana, y los líderes eclesiales creen que es el primer paso para estrangular la actividad cristiana en un futuro próximo.

Los obispos anglicanos han protestado por la islamización de los planes de estudio escolares y la de-saparición en los libros de texto de los antiguos reinos cristianos sudaneses anteriores al islam. En Kordofán del Sur, el Ejército sudanés o milicias islamistas matan y acosan a las comunidades cristianas. En Kaduqli, la capital de este estado, militares de ambos tipos quemaron y saquearon las iglesias católicas, anglicanas, presbiterianas y evangélicas de la ciudad en junio de 2011. Quemaron la parroquia del padre Abraham James Lual mientras celebraba una misa por la paz. Este sacerdote ha sido detenido, apaleado y amenazado tres veces y actualmente permanece oculto. Menos suerte tuvo el seminarista Nimeri Philip Kalo, a quien los servicios secretos sudaneses mataron a sangre fría delante de numerosos viandantes.

Entre los factores positivos, el informe destaca que en los Parlamentos de países como España, Bélgica, Italia y Alemania, y en el Europarlamento, se empieza a hablar de libertad religiosa, y que Turquía y países postcomunistas devuelven bienes confiscados.