Ministerio de Justicia

OPINIÓN: El reto de la política

La Razón
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La Administración de Justicia ha alcanzado un punto crítico. Las contradicciones de nuestra sociedad abierta, inserta en un mundo globalizado, en perpetuo cambio y con crecientes desequilibrios que van abriendo significativas brechas entre nuestros conciudadanos, proyectan sobre la jurisdicción unas demandas de solución de conflictos que nuestro modelo de Justicia, anclado en el siglo XIX, es incapaz de satisfacer. El inicio del nuevo año judicial debiera servir simbólicamente para señalar el camino para que en el marco de la actual democracia de partidos se sustituyan las políticas partidistas por políticas de Estado. Determinadas cuestiones, y la Justicia es una de ellas, exigen de consensos estructurales, y no de disensos oportunistas.
Es inaplazable la reforma de la planta judicial.No se trata únicamente de incrementar la ratio de Jueces, sino también de rediseñar las estructuras que dan soporte a la jurisdicción para hacerlas más eficaces, descargando a los Jueces de las tareas burocráticas que no sean estrictamente jurisdiccionales. Paralelamente, ha de iniciarse el proceso de implantación de la Nueva Oficina Judicial y la introducción de nuevas tecnologías constituye otro reto irrenunciable. Como también, la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, no sólo en lo que afecta a la fase de investigación, sino también al juicio oral y al valor que debe otorgarse a las diligencias practicadas durante la instrucción.
Son numerosos los retos para superar una Justicia tardía y atascada. Pero, en el fondo, remiten a uno sólo. Y no es un reto de la Justicia, sino de la Política con mayúsculas: la toma de conciencia por parte de los agentes políticos del trascendental papel que desempeña la Jurisdicción en una sociedad democrática, como garante de los derechos de los ciudadanos, lo que exige el abandono de prácticas políticas oportunistas basadas en la deslegitimación de los tribunales en función de los réditos a obtener del caso concreto de cara al electorado. Lo demás, vendrá por sí solo.