Londres
Luto de lujo para la nueva Cibeles
La proyección internacional y la investigación en tejidos tecnológicos marcan la primera jornada de la pasarela madrileña
Ruido de tormenta. Oscuridad. Aparecen Ming Xi, con paso firme, Emma Xie y Eugenia Mandzhieva. Ojos rasgados. Rostros inertes. No estamos en Tiananmen en día de monzón. Tampoco en una redada en Cobo Calleja. Es el desfile de Roberto Verino. Que busca proyección internacional para la moda española, pues ha contratado un lote de modelos orientales que hicieron todos los desfiles del estreno de la nueva Mercedes Benz Fashion Week, que ha enterrado el nombre de Cibeles.
Y para despedir a la diosa frigia, el luto de lujo que cose Roberto Verino. Si bien trabajó el blanco y el oro, se creció en todos los «looks» donde dominaba la oscuridad. Las dos piezas claves para el próximo invierno del gallego son el pantalón de pata de elefante con una caída de impresión y los monos –sea en versión falda o pantalón–, que quedan como un guante. Para el hombre, slim fit en la chaqueta, pantalón estrecho de tiro bajo y cuello vuelto de punto fino.
Sin luto, pero con memoria, el equipo de Jesús del Pozo. «¡Queremos perder las formas!», repetía el fallecido creador en su taller. Y no se crean que a partir de ahí Del Pozo se acordaba de la madre de aquellos que se cruzaban a su paso. No. Lo suyo se traducía en una rebeldía con la aguja y los patrones. Y ahora que no está, su eco se palpa en una colección que parecía dibujada por él: costuras visibles para hacer curvas las chaquetas, texturas ricas y gruesas para dar esquinazo a los estampados, ponchos maxis, pashminas gigantes de mohair que sustituyen al abrigo, faldas pareo invernales, otras con jaretas y pliegues de lana… En definitiva, un juego de tejidos sobre tejidos que daban la sensación de un inacabado solemne, como si Jesús siguiera trabajando sobre el busto en el talle. «Ha dejado la casa muy bien ordenada», comentaba a LA RAZÓN la ex ministra González-Sinde al terminar el desfile, a la que se veía liberada tras abandonar su cargo. «La moda es un lenguaje y Jesús lo dominaba».
Otoño en fucsia
De poesía medida también sabía Florine Stettheimer, la poeta liberal neoyorquina de los 20 a la que evoca Elisa Palomino, que da un salto más allá de sus túnicas Fortuny y sirenas en raso y terciopelo con bordados de manila. Y lo hace cortando tela con vestidos cóctel en los que introduce un estampado chino del siglo XVII, rosas en relieve y una imagen floral elaborada con cientos de pailletes. Y todo para demostrar que, si se quiere, no hay invierno gris, sino otoño en fucsias y naranjas.
Al cóctel también se apuntan Ágatha Ruiz de la Prada y Victorio&Lucchino, que continúan en esa etapa de «lifting» que iniciaron hace unas temporadas. Han quitado años de encima a sus maniquíes con un trabajo de pliegues en la faldas, toreras puzzle e incrustaciones de piel que rejuvenecen la firma sin tener que pagar el peaje malicioso del bótox. Buen camino, como el que tomó también Duyos, que se traduce en perfección propia de los místicos de la costura a través de las siluetas estudiadas –esta vez, talle alto en el pantalón y longilíneas para faldas y vestidos– y de los pantones pastel. Por eso, en esta colección tocaba retarse con los tejidos. Y salió vencedor. Mezclas tecnológicas para crear una lentejuela envuelta en lúrex que arma hasta parecer una malla metálica, o un raso líquido con un hilo de plástico. Modesto Lomba se centró en el fieltro, al que sacó provecho con una espiga elaborada a golpe de lana prensada, un algodón impermeabilizado y un troquelado en láser para construir abrigos-vestidos. Todo un acierto.
Y en esto que mientras uno se emboba con Duyos y analiza las prendas de Lomba, Montesinos aparece y acaba con la magia del momento. Se sabía que en su desfile era invierno por el homenaje constante a la batamanta sobre la pasarela, ese producto estrella de la teletienda . Claro, que en versión «homeless», esa tendencia que pugnó en el último salón de moda de hombre de Milán con el estilo dandy de los Scalpers de Medina.
Roperos de Cáritas
Sin embargo, Francis ha llevado su mendicidad ficticia al extremo. «Las americanas y chaquetas están hechas con mantas de los antiguos roperos de Cáritas en Valencia», confiesa. Lo que leen. Así el hombre se ahorra materia prima, que la cosa no está para derroches. Pero va más allá. «Ahora que todo el mundo decide bajar precios, yo los he subido un poquito». Las cuentas salen redondas. Materia prima gratis y precios desorbitados: beneficio seguro. Como se enteren los de Mercedes...
Desde el «front row»
Qué me pongo en Cibeles
Tonos tierra, ideales para una larga jornada
Perfecto para… crear un «look» que soporte una larga jornada de trabajo sin perder la sofisticación.
Versión de día… en tonos mate y «peep toes».
Versión de noche… se puede mantener la misma falda y camiseta, pero con brillo en los complementos y en la chaqueta.
El mejor ejemplo… Esperanza Aguirre en el desfile de Roberto Verino. Acudió con una falda de Pedro del Hierro y una chaqueta de la gallega Kina Fernández.
La tendencia
El éxito de los metálicos
La próxima temporada de otoño los destellos se generarán a través de los tejidos. Los elegidos, del cobrizo al oro. Para conseguirlo se utilizan mezclas de materiales tecnológicos. Ayer lo mostró Devota&Lomba con un juego de cobre y latón; Jesús del Pozo, con el fino hilo de oro y los efectos dorados que buscaba Duyos en algunas de sus prendas.
A pie de pasarela
Tocados aptos para Ascott
Antes de que llegara la fiebre de los tocados, Elisa Palomino ya los trabajaba de la mano de Ángel del Amor, que una vez más ha elaborado diseños exclusivos para la colección que presentó ayer en Madrid y que llevará a Londres el 18 de febrero. Desde unos flamencos en 3D a un macetero.
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