La cabalgata de la Junta

La verdad es que cuando se conoce una noticia como ésta –que la Junta posee un total de 4.655 vehículos– uno no sabe bien si encuadrarlo en la sección de economía, en la de cultura y espectáculos o en la de sucesos y desgracias. Ayer mismo también se supo, por cierto, que la cantante Lady Gaga, esa hermafrodita norteamericana que le ha enseñado el culo a medio mundo y que canta con molinillos de café en la cabeza, se acaba de alquilar una mansión en Beverly Hills con garaje para veinte coches. Es posible que, como ella dice, ande bien provista de genitales y que disponga de un ambiguo surtido de carne y de pescado, lo que probablemente la obligue a usar bragas y fiambreras de manera simultánea o lo que ella misma guste de ponerse en esa parte, pero está claro que de culo, lo que se dice culo, yo mismo le he visto que tan sólo tiene uno y que por eso sólo podría usar un único asiento para poder ubicarlo. El asunto es que si Lady Gaga para un culo necesita veinte coches, la pregunta de rigor en nuestro caso es cuántos culos trabajan en la Junta para necesitar 4.655. La única solución que se me ocurre, y no quiero hacerme pesado con el tema, es que alguien esté confundiendo los culos con las témporas, cosa común, y que sin ir más lejos le acaba de pasar al alcalde Gallardón sufragando con 32.500 euros del erario público la cabalgata del Orgullo Gay celebrada en Madrid. Yo no sé a cuántas carrozas de Cabalgata caben con esos 32.500 euros, y mucho menos si lo dividimos entre culos, pero teniendo en cuenta que quienes la organizan aseguran que se trata de un grandísimo negocio para la capital de España, a qué viene entonces que además les costeemos el viaje con dinero de nuestros impuestos. Y lo mismo que en Madrid, también aquí pasa, porque al parecer se hacen un lío con el tema de las témporas. 4.655 coches no son muchos porque aún falten asientos para todos los funcionarios que trabajan en Andalucía, sino porque es un negocio que pagamos entre todos y porque resulta que en la Junta no hemos puesto una cabalgata ni un concesionario sino un servicio público a disposición de los ciudadanos. Qué pinta Griñán con un parque de ambulancias, de todoterrenos forestales o de vespas a pedal cuando de eso podrían ocuparse las empresas es algo que desconozco, pero sí sé que dividiendo lo que nos cuestan, obtenemos exactamente en qué se parece nuestro presidente a Lady Gaga.