Instituto Cervantes
Enhorabuena Mario por José María Aznar
Por José María Aznar
Ayer sentí un gran orgullo y una gran alegría. Mi amigo Mario Vargas Llosa era galardonado con el Premio Nobel de Literatura. Año tras año, durante muchos años, he afirmado públicamente que, más allá de mi amistad personal con Mario Vargas Llosa, me parecía una injusticia que un escritor de su brillantez y maestría literarias no hubiera sido recompensado aún con el galardón que reconoce universalmente a los escritores.
Tuve la oportunidad de conocer más estrechamente a Mario Vargas Llosa y contar con su sabio consejo como presidente del Gobierno de España en el terreno de la cultura y de las relaciones internacionales. Pude constatar que, además de un magistral escritor, Mario Vargas Llosa es también una gran persona. Más tarde, ya como presidente de la Fundación FAES, he tenido también la suerte de contar con su colaboración. Recuerdo ahora con especial agrado la apertura del Campus FAES, en 2007, en la que nos obsequió con una magistral conferencia sobre la obra de Jean François Revel.
Peruano, español y ciudadano del mundo, Mario Vargas Llosa lleva el español en la sangre. Y es que el Nobel a Mario Vargas Llosa es también un ejemplo inmejorable de la pujanza universal del español. Algunos, en nuestro país, deberían tomar nota de lo que representa quitarle a nuestros jóvenes la posibilidad de adquirir un buen conocimiento de la lengua y la literatura de este maravilloso idioma que compartimos casi quinientos millones de ciudadanos de todo el mundo.
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