Champions League

Atlético de Madrid

Manzano pierde su flema

El técnico del Atlético está nervioso ante la situación del equipo

gregorio manzano, en un entrenamiento del conjunto rojiblanco. El técnico, junto a Gabi, Assunçao y Salvio, en Majadahonda
gregorio manzano, en un entrenamiento del conjunto rojiblanco. El técnico, junto a Gabi, Assunçao y Salvio, en Majadahondalarazon

MADRID- Lo bueno es que después de una derrota llega otro partido para olvidar las penas. Y el Atlético y su entrenador, Gregorio Manzano, más nervioso de lo habitual en el Bernabéu, tienen el miércoles en Glasgow un partido para congraciarse con ellos mismos, con una afición alicaída y con unos dirigentes que un día piensan en cortar la cabeza al técnico y otro, en reafirmarle su confiaza. El Celtic, en el compromiso de Liga Europa, en la que los rojiblancos marchan bien y esperan clasificarse, pondrá a prueba a un equipo que salió escocido del coliseo madridista más por sus propios errores que por el juego de la galaxia «mourinhista».
 El planteamiento inicial de Manzano resultó correcto. Se olvidó del trivote, jugó con Salvio y encargó a Diego la complicada misión de impedir que Xabi Alonso saliese con la pelota jugada. Y eso se cumplió hasta que Courtois derribó a Benzema. El penalti y la expulsión son claras por mucho que el entrenador jiennense exclamase en sala de prensa que le resultaba excesiva la tarjeta roja. No puede quejarse el Atlético de Mateu Lahoz. Le dio un gol en el límite del fuera de juego y permitió la dureza de sus jugadores –Perea tenía que haber sido expulsado por la entrada a Cristiano Ronaldo–. En el debe del colegiado valenciano, la tarjeta a Diego. En esa acción, Di María –como jugador un diez, como provocador otro diez– fue el más listo y el brasileño vio una cartulina, que a la postre influyó en el partido. Porque Manzano quitó a Diego cuando salió Asenjo por Courtois.
No quiso el técnico debilitar las bandas y prefirió la salida del brasileño. Su equipo lo notó mucho y el que más se lo agradeció fue Xabi Alonso, que hasta entonces estaba con las luces apagadas. ¿Decisión acertada? En caliente, sí. A posteriori, no. Pero, con el partido roto y el Atlético en inferioridad, las quejas y el nerviosismo de Manzano ya no iban a ninguna parte.
Ganar en el Bernabéu era muy complicado y el Atlético aguantó medio tiempo. Luego se derrumbó y dejó crecerse al Real Madrid. Pasado mañana ante el Celtic –parece que ya con Falcao– tendrá ocasión de reivindicarse. Así Manzano podrá vivir tranquilo.