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El rearme rebelde divide a los aliados

¡Los socios de la OTAN se reunieron ayer en Berlín con el objetivo de sellar las divisiones en la campaña contra Gadafi. Los aliados continúan sin consensuar cómo incrementar la presión militar contra el dictador, y sin cerrar una estrategia política eficaz para que caiga.

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A pesar de las llamadas a la unidad por parte del secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen, respaldadas por EE UU, Francia o Alemania, las discrepancias sobre hasta dónde extender la misión militar continúan agrietando la coalición y dan oxígeno a Gadafi. «Gadafi está probando nuestra determinación», remarcó la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hilary Clinton.

Rasmussen anunció en la rueda de prensa posterior que los 28 socios prometieron «aportar todos los medios necesarios y la flexibilidad operativa» para proteger a los civiles, al tiempo que se defendió de las críticas lanzadas en los últimos días desde París por la supuesta reducción del ritmo de los bombardeos, en comparación con la intensidad de los primeros días cuando Francia y Reino Unido estaban al frente.

El danés había pedido a puerta cerrada a los cancilleres un refuerzo para la misión que, aunque no sería importante (una decena de aviones para realizar bombardeos de precisión, informaron fuentes de la Alianza a Ep), ha provocado que algunos países, como España, se desmarquen. Otro grupo de socios también rechaza las llamadas imprecisas de Sarkozy y Cameron, que pretenden aumentar la presión militar y ensanchar la letra de la resolución 1783 que autorizó la campaña.

La más reticente continúa siendo Alemania, anfitriona de la cumbre. Aunque en Berlín mostró su apoyo a la misión humanitaria que prepara la UE con participación de militares, ha indicado que no desplegará soldados de tierra. «Sería erróneo ver alguna división» entre Francia y Alemania, indicó Westerwelle tras reunirse con su homólogo galo, Alain Juppé. «Estamos de acuerdo en el objetivo», añadió Juppé.

Este objetivo común es el derrocamiento de Gadafi, pero la mayoría de miembros de la coalición internacional se opone a medidas como el rearme de los rebeldes, dada la escasa formación militar de sus fuerzas, un asunto sobre el que Francia se mueve en la ambigüedad. Eso sí, París rechaza que las resoluciones de la ONU decreten el embargo de armas por igual a ambos bandos y prohíban entregar suministros bélicos a los rebeldes.