Literatura

Roma

«Lorca era partidario de una dictadura militar»

La frase la pronunció Luis Rosales, amigo del poeta, en una entrevista mantenida con Ian Gibson en 1966 y que forma parte de un documental

«Lorca era partidario de una dictadura militar»
«Lorca era partidario de una dictadura militar»larazon

Corría el año 1966. Ian Gibson decidió entrevistarse con el poeta Luis Rosales, una conversación larga y distendida en la que se habló de la relación del autor de «Abril» con Federico García Lorca. Era el primer encuentro de ambos y se producía después de que otro poeta, Gabriel Celaya, hiciera desde Roma unas declaraciones en las que hablaba de la amistad de Lorca con José Antonio Primo de Rivera. Ese encuentro con más de cuarenta años a la espalda, forma parte de un documental que firma Emilio Ruiz Barrachina con el título de «Rosales, así he vivido yo» y que ha podido verse (y escucharse) en la exposición que la Casa Encendida ha dedicado al poeta en Madrid con motivo de su centenario. Horas de charla en casaEntre las declaraciones del poeta sobre Federico llama poderosamente la atención una de ellas en la que asegura que «Lorca era partidario de una dictadura militar», información que el lunes recogía «El ideal» de Granada en su portada. Rosales habla con soltura y contesta a las preguntas de Gibson, no las elude mientras sentado se explica. Dice que conocía por su amistad el ideario del poeta: «Yo conocía muy bien su pensamiento. Después de que él llegara de trabajar pasábamos un par de horas juntos al día hablando y tenía mucho interés en oír las noticias que pasaban. Conocía sus ideas y sus reacciones». Sobre lo que pensaba Lorca de los momentos previos a la guerra civil, Rosales asegura que «era partidario de un movimiento que interviniera todo eso, estaba deseando». Y apostilla acto seguido Rosales: «Yo jamás diré que estas palabras las he dicho». Posteriormente se reafirma: «Quería una dictadura que barriera con toda esa violencia que había en España, por uno y otro. No era de derechas, sino partidario de un sistema que acabara con las muertes en la calle, con todo ese sistema de asesinato público», asegura. Y habla entonces de su ideario: «No se puede decir que tuviera una mentalidad de derechas», para añadir después: «Es verdad que él se veía con José Antonio, tenía alguna amistad con él», aunque aclara que no tuvieron una relación estrecha. «Federico quiso hacer una canción para los muertos de España, pero no sólo para los de Franco», se escucha también decir a Rosales en el documental. Salvar al poetaEl filme de Ruiz Barrachina se abre con una voz en «off» que asegura que la entrevista «se realizó en 1966 con grabadora escondida», extremo que confirmó ayer a este diario el propio hispanista «porque era la primera vez que nos veíamos y yo no sabía si nos íbamos a volver a ver en el futuro». Asimismo, aseguró que «esa grabación ha sido utilizada por Barrachina sin mi autorización» para incluirla en su documental. Las cintas que contienen dichas conversaciones forman parte actualmente del fondo documental de Gibson que se encuentra en la Fundación Lorca de Fuente Vaqueros. Se trata de la primera entrevista en profundidad que Gibson realizó a Luis Rosales. Según ha declarado Ruiz Barrachina sobre las declaraciones, «consideré que era un documento de una gran importancia histórica y que había que darlo, aunque en un momento el mismo Rosales dice que siempre desmentiría sus declaraciones. Pero le pedí permiso al hijo de Rosales, lo que me fue concedido», ha manifestado. Rosales habla también del apresamiento del poeta: «Si hubiéramos creíado que Federico tenía peligro de muerte no lo hubiéramos permitido. Salvar a Federico era facilísimo», confiesa Rosales.El detalleLuis Rosales admiraba a Lorca, como queda constancia en un elogioso artículo de la revista «Cruz y Raya» sobre «Romancero gitano». Los dos nacieron en Granada y bebieron de las mismas fuentes literarias. Se puede considerar que eran conocidos y durante la contienda se acaban convirtiendo en amigos. En los primeros días de la guerra civil se produce un registro en la casa familiar de Lorca, en el que le amenazan. El autor busca refugio en un lugar donde no le pueda pasar nada: la casa de los Rosales, donde fue detenido tras la denuncia de Antonio, un hermano de Luis, según apuntan algunas fuentes.