Bruselas
Mercenarios protegerán al personal de la UE en Irak
El precedente de Blackwater pesa en Bruselas a la hora de contratar mercenarios para su misión en Irak.
Bruselas- Como ya ha hecho con éxito en otros rincones del planeta como Palestina, la UE prepara su desembarco en Irak para promocionar del Estado de Derecho con su misión, UE Just Lex. Sin embargo, el repliegue de las fuerzas internacionales y los constantes ataques de la insurgencia han obligado a confiar la seguridad de los europeos a unos amigos poco queridos de los iraquíes: los mercenarios.
La seguridad de los 36 funcionarios europeos de la misión estará en manos de «compañías de seguridad privada», según explica a LA RAZÓN el responsable de la misión, el teniente coronel de la Guardia Civil Francisco Díaz Alcantud, que prefiere no desvelar qué firma será la responsable de la protección por seguridad, aunque reconoce que es «una cuestión a considerar» la posibilidad de que puedan sufrir ataques, para lo que ya han realizado numerosos informes de riesgo.
El repliegue aliado deja a las nuevas fuerzas iraquíes como las únicas capaces de cubrir a la misión europea, que en los últimos cinco años ha formado a 3.266 jueces, magistrados, responsables penitenciarios y altos cargos policiales. Sin embargo, en esta segunda fase que empieza ahora, la UE quiere más seguridad y contratará a un grupo de mercenarios que, como explican fuentes de los Veintisiete, «lógicamente» serán un cuerpo más preparado que los guardias de seguridad «comunes», ya que los riesgos son mayores. Los mismos portavoces, hablando bajo anonimato, explican que la misión nunca se planteó solicitar el envío de soldados europeos para dar protección. Hasta ahora la protección ha sido responsabilidad de Reino Unido por haber permanecido el escaso contingente de la misión en la Embajada británica durante la primera fase.
Quien parece claro que no se encargará de la protección de la misión europea será la polémica Blackwater, el cuerpo de mercenarios estadounidense que colaboró con el Pentágono en Irak y en Afganistán. Esta compañía de soldados de fortuna fueron expulsados de Irak a raíz de una matanza de 17 civiles en septiembre de 2007, lo que provocó la ira de la población iraquí. El clima de impunidad que existió en torno a estos soldados privados, que acumularon causas y demandas en Irak y EE UU, y que operaban al margen de la disciplina militar, abrió una brecha entre los aliados y el Gobierno iraquí, aunque Blackwater aún recibe contratos de la Administración Obama, por ejemplo, para Afganistán.
Díaz Alcantud subraya sin embargo que la situación sobre el terreno ha cambiado. «El grupo de insurgentes que tiene como prioridad a la comunidad internacional es básicamente Al Qaida, y ya no tiene la capacidad de antes». Además, opina que «la UE es bien recibida en Irak», a pesar de que la espiral de violencia continúa.
Entre los 36 europeos que se repartirán en los próximos meses entre Arbil, Bagdad y Basora hay un juez español, destinado en Irak desde el inicio de la misión. La mayoría llegará en los próximos meses, ya que las misiones de formación de la primera fase de este UE Just Lex se realizaron en los Estados miembros, como España, y sólo alguno de estos cursos de preparación tuvo lugar en Irak como experiencia piloto.
El pasado 14 de junio, los Veintisiete decidieron extender dos años esta misión, tiempo en el que esperan lograr sus objetivos de promocionar el Estado de Derecho y una cultura de respeto por los derechos humanos. Principios que los iraquíes no asociaron hasta ahora con la palabra mercenario. La UE espera que, también en este punto, Irak aprenda una nueva lección.
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