Londres
Murdoch trata de aplacar a Cameron
Con un sombrero blanco de estilo «panamá» cubriendo su cabeza, el magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch llegó ayer a Londres para asistir al funeral por uno de los buques insignia de su conglomerado.
Con la última edición del «News of the World» en la mano, Murdoch bajó de un Range Rover rojo recién llegado de EE UU para tratar de solventar el escándalo de las escuchas ilegales que durante años, al menos desde 2002, pusieron en práctica primero Rebekah Brooks, todavía hoy su mano derecha en el grupo, y Andy Coulson, ex director de su tabloide dominical entre 2003 y 2007 y ex asesor del premier David Cameron.
Su llegada a Londres tiene más que ver con la necesidad de que el Gobierno conservador deje intactas sus aspiraciones a optar a la adquisición total del futbolístico canal de pago BSkyB, del que posee el 39%, que con la sentencia al casi bicentenario rotativo.
Adiós a 168 años de historia
Con el titular «El periódico más grande del mundo 1843-2011. Adiós y gracias», se despidieron ayer los trabajadores del tabloide, los grandes perjudicados por el cierre a pesar de la promesa de la dirección del grupo de reubicarlos en el resto de medios. Horas antes de que Murdoch llegara a la sede de News Corporation, donde también se encontraba la redacción del emblema de la Prensa amarilla en las islas, buena parte de los empleados dejaron las oficinas, tras sacar adelante una última edición, la 8.674, con una tirada doble de cinco millones de ejemplares que se agotó en horas. Así, cuando Murdoch llegó a las oficinas, un nutrido grupo de reporteros aún permanecían a las puertas de su diario. Sus miradas no se cruzaron con las de Murdoch, ensimismado con las páginas del tabloide. Unos 15 minutos después, su coche salía disparado, quizás para verse con Rebekah Brooks, de quien muchos siguen pidiendo la cabeza.
El sacrificio de los 168 años de historia del «News of the World» podría, sin embargo, no ser suficiente para salvar los planes de Murdoch. El líder de la oposición laborista, Ed Miliband, ha pedido al primer ministro que no permita que la OPA de News Corp. sobre BSkyB salga adelante hasta que no se resuelva el caso de las escuchas. Miliband ha llegado incluso a amenazar con el veto en el Parlamento. Mientras, las acciones del mayor canal privado por satélite del país, del que News Corp. han caído un 12% esta semana –unos 1.800 millones de libras (2.000 millones de euros)–, y la Iglesia de Inglaterra ha advertido de que retirará su inversión en el grupo si no se investiga a ejecutivos como Brooks, que niegan su responsabilidad en un escándalo que sigue creciendo.
Ayer mismo, la BBC aseguró que News International, la división británica del imperio Murdoch, ocultó información inculpatoria sobre el caso al retener desde 2007 unos correos electrónicos que no entregó a la Policía hasta el pasado 20 de junio. La cadena pública reveló que una serie de correos que podrían ser prueba de delitos cometidos en el seno del periódico, estuvieron durante años en posesión del bufete Harbottle & Lewis, que debía investigarlos. Al parecer, fue William Lewis, director general de News International, contratado en julio de 2010 para encabezar una investigación interna sobre las supuestas escuchas a móviles de famosos en el dominical, quien recuperó esos e-mails de la firma de abogados.
Esas comunicaciones parecen indicar, según la BBC, que el ex director del «News of the World», Andy Coulson, autorizó pagos a la Policía a cambio de información.
Coulson fue detenido el pasado viernes y puesto en libertad bajo fianza por las sospechas de corrupción e interceptación de teléfonos –él siempre ha mantenido que desconocía esta práctica– y deberá comparecer en octubre.
Los correos también parecen demostrar que la técnica de pinchar teléfonos para obtener exclusivas estaba extendida por todo el «News of the World».
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