Crítica de libros
En el mar por Marina CASTAÑO
Estamos en un momento del año que propicia la ropa ligera e, incluso, la desnudez. El domingo pasado se celebraba el día del nudismo que, según los naturistas, es necesario para la aceptación del cuerpo, teorías bonitas pero también peligrosas si queremos prevenir problemas derivados de la higiene de las zonas genitales. No es extraño encontrar parejas que se ven envueltas en un halo de romanticismo y de excitación cuando se tienden en la arena o se sumergen en el agua, iniciando juegos que van desde el abrazo hasta el propio acto sexual cuando el mar les cubre hasta el cuello, pero ¿sabemos los riesgos que conlleva? Quizá no, y, por eso, vamos a relacionar algunos. El contacto de las zonas sexuales con la arena y con el agua puede derivar en infecciones que van desde una cistitis hasta unos hongos, pasando por un abanico enorme de otras enfermedades víricas bastante incómodas. Si alguien piensa que está libre de un embarazo por tener un coito debajo del agua que sepa que está bien equivocado: el uso del preservativo es indispensable, tanto para evitar contraer males indeseados como para evitar la concepción, si no se utiliza otro métodos, pero hay que tener en cuenta que es más fácil que dentro del agua se salga y puedan presentarse problemas. También, sobre todo y por encima de todo, por favor, no lo dejen a la deriva al terminar, el resto de los bañistas no tienen por qué encontrarse con un objeto indeseado flotando delante de su cara. Que disfruten del entorno que les rodee en estas vacaciones, procuren no correr riesgos y, por favor, discreción. Piensen en los demás.
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