A quien madruga... Ya saben. Y el cardenal Antonio Cañizares cumplió. Fue el primero en llegar cuando se acercaban los primeros asistentes a los alrededores del Palacio de Congresos Lienzo Norte de Ávila. Las puertas se abren. Hay un numeroso grupo esperando para ver de cerca a los protagonistas de la mañana. Aquello apuntaba maneras. A partir de entonces, un goteo constante. Venidos del otro lado de la Muralla, de toda Castilla y León, País Vasco, Madrid... «¿Es la primera vez que se hace algo así en España?», comenta María mientras baja el último peldaño del autobús. En ese momento, alguien apunta: «Se ha quedado pequeño». Mil butacas. Aforo completo en la Sala Sinfónica. El nuevo destino: la Sala de Cámara. Lleno. Y así, otras tantas dependencias. Pantallas gigantes disponibles. Nadie se lo quiere –ni se lo puede– perder. El coche de José Luis Rodríguez Zapatero se aproxima, y unas 2.400 personas quieren escuchar, ver. Y participar. Necesitadas de respuestas ante la crisis, de confrontar ideas, de recuperar raíces, de analizar propuestas de futuro para desafiar al presente.... Y con la meditación a medias, alguien envía un SMS: «Ojalá que sirva para darnos cuenta de que se puede dialogar desde posturas muy distintas». Cañizares y Zapatero. Trending topic. El debate del año, en boca de todos.