«Mejor que hagan las obras de Sants ahora que en noviembre»

BARCELONA- Si de algo puede presumir Renfe es de haber aprendido a organizar recorridos alternativos a las obras en curso. Han tomado buena nota de los desastres ferroviarios, como el hundimiento de parte de un túnel en Bellvitge, y la naturalidad con la que encaran cualquier contratiempo es sorprendente. Las obras para cubrir las vías de tren en el barrio de Sants empezaron ayer, por lo que los trenes de cuatro líneas de Rodalies y cuatro regionales que entran a Barcelona desde el sur no podrán llegar a la estación de Sants hasta el próximo día 27 de agosto.
Así las cosas, los 300 informadores, con su correspondiente peto naranja, estaban repartidos por todos los recovecos de la estación y los laberínticos pasillos que discurren por debajo de Sants. La normalidad fue la tónica dominante y el que no preguntaba a los informadores se las apañaba con las pegatinas que Renfe a dispuesto por el suelo de la estación para acertar con las conexiones.
Entre los usuarios hay opiniones para todos los gustos, pero la mayoría de ellos se hace cargo de la situación. Carmen explicó que se había levantado una hora y media antes de lo normal para ahorrarse contratiempos. «He tardado 30 minutos más de lo normal para llegar a mi trabajo. Pero mejor que hagan las obras ahora que en noviembre». Otros incluso estaban más satisfechos que con el funcionamiento habitual. «Trabajo en el aeropuerto y sólo hay un tren cada media hora que tarda 40 minutos. Ahora tengo un autobús cada quince que tarda 20», explicó Lidia, azafata de tierra. Aunque no todos eran tan comprensivos: «La estación de Bellvitge es pequeña y no está preparada para absorber a tanta gente y luego nos hacen caminar hasta los ferrocarriles. Habría sido más fácil poner un autobús a Sants desde ese punto», explicó Asunción, visiblemente irritada.
El director de Cercanías, Miguel Ángel Remacha, por su parte, hizo hincapié en la «normalidad» con que se desarrolló el día.