Por donde amargan por Miguel Ángel ALMODÓVAR

En Hamburgo hay una señora, Cornelia Prüfer-Storks, que desde su puesto de senadora de Sanidad de la ciudad-estado tuvo a mal difundir el infundio de que los pepinos españoles eran los directos responsables de los casos de intoxicación por E. coli en el ámbito de su negociado, y, por extensión, en toda Alemania y media Europa. Días después de la soflama, y demostrada la inocencia de las cucurbitáceas almerienses y murcianas, Cornelia, insiste en sostenella y no enmendalla afirmando que hizo lo correcto. Los pepinos, como si tal cosa, seguirán siendo excelente alimento estival, hidratantes, depurativos, diuréticos, antiinflamatorios, digestivos y muy interesantes para combatir el estreñimiento, la gota, la diabetes, el exceso de colesterol y la artritis reumatoide, pero el daño a su imagen está hecho, aunque su caballerosidad les impida sacar a colación lo de las dioxinas de hace pocos meses en cinco mil granjas alemanas. Vamos, que si no fuera por su intrínseco mal gusto y la carga homófaba del dicho popular, a Cornelia habría que mandarla a tomar por donde amargan los susodichos.