Estados Unidos

Contenidos digitales al alza

Este sector está consiguiendo esquivar la crisis pero aún es necesario mejorar los canales de distribución

En 2011, la industria de los contenidos digitales facturó 11.000 millones de euros en España
En 2011, la industria de los contenidos digitales facturó 11.000 millones de euros en Españalarazon

Si hay un sector de la economía que esté sorteando la crisis mejor que el resto ése es el de los contenidos digitales, uno de los que más perspectivas de futuro presentan y que en nuestro país facturó en torno a los 11.000 millones de euros en 2011 –2,4 puntos más que en 2010 y 2009– en sus múltiples variantes, que van desde los videojuegos hasta las aplicaciones para smartphones, pasando por música digital, cine y vídeo, productos audiovisuales –principalmente televisivos–, publicaciones on-line, libros electrónicos…

¿Las perspectivas? La mayoría de las fuentes coinciden en que, a pesar de la situación económica que vivimos, son positivas. Así, según un informe elaborado por el clúster ICT-Audiovisual de Madrid, uno de los potentes de nuestro país, «en España los usuarios de internet consumen más de dieciséis horas de vídeos on-line por mes, un dato muy por encima del registrado en países como Estados Unidos o Francia (comScore, 2011). La demanda es por tanto importante. La industria debe desarrollar una oferta amplia, legal, fiable, fácil de encontrar y de acceder, y asequible que la satisfaga, y ya está trabajando en ello: el desarrollo de aplicaciones para la distribución de contenidos en internet y las plataformas digitales de vídeos supone ya el 46,2% de la facturación total de la categoría correspondiente a otros servicios de distribución de programas de cine y vídeo. Es necesario seguir profundizando en esta oferta y ampliar el catálogo para hacerlo más atractivo a un público que demanda cantidad, calidad, y títulos de estreno».

Uno de los problemas más importantes con que se encuentran las empresas de este sector es el de los contenidos gratuitos existentes en la red, ya sean legales o ilegales. Ante esta situación, la industria ha tratado de encontrar fórmulas para competir con más o menos éxito. «Mientras unos miraban aterrorizados cómo páginas web como Megaupload ponían a disposición del usuario series y películas de estreno –asegura este mismo informe–, otros se han consolidado, como Netflix, con una oferta sólida y legal y un servicio de pago que los usuarios están dispuestos a asumir». En lo que se refiere al negocio de la Prensa, se han creado dos corrientes: los que defienden el periodismo abierto, como el diario británico «The Guardian», y quienes han construido un muro de pago en sus portales, como «The New York Times» o «The Wall Street Journal». Todavía está por verse cuál es la fórmula del éxito, y probablemente no haya una sola, pero quienes se están abriendo camino en el panorama del cobro por contenidos están observando que sus lectores están dispuestos a pagar una cantidad razonable por un producto que valoran. ¿Cómo luchar contra lo gratuito? Según Kevin Kelly, autor del manifiesto «Beyond Free», hay que hacer hincapié en una serie de valores, concretamente son ocho valores intangibles en la economía digital, a los que llama valores «generativos» porque no se pueden copiar, clonar, falsificar, replicar, imitar o reproducir, sino que deben ser generados: la inmediatez, la personalización; la interpretación; la autenticidad; accesibilidad –el autor predice la creación de almacenes digitales en la nube que pagarían a los creadores del material para ofrecérselo a sus clientes–; personificación; mecenazgo, y facilidad para ser encontrado. Estas cualidades requieren nuevas habilidades para conseguir éxito en el mundo de la copia gratuita, que ya no dependerá de la capacidad de distribución, pues internet será el canal de reparto».